El Padre lee la obra de San Buenaventura, "Itinerario del alma a Dios" en el capítulo I, punto 8-10: "Qui igitur vult in Deum ascendere necesse est, ut, vitata culpa..." Habla sobre la meditación y la contemplación. La necesidad de hacer oración constante para llegar a la contemplación. Se necesita también el estudio y la meditación. Necesidad de tener el corazón puro para tener rectitud de corazón. El Padre comenta que los medievales eran unos especuladores de las cosas creadas. Ellos contemplaban la naturaleza. Les gustaba ver las cosas como eran. Todo lo contrario de lo que sucede ahora con el idealismo. Una cosa que llama la atención en los textos medievales es el amor a la naturaleza, el realismo. El primer peldaño de la escalera es este mundo. El Padre habla de la necesidad de estudiar latín.