Estamos comentando el primer hemistiquio del primer versículo del Cantar en las páginas 89-91 de la edición de 1984. "Pero advirtamos que lo que aparece..." Es el anhelo de ser deseada por el esposo. Con ello, lo que aparece en primer plano no es el deseo de la esposa con respecto al esposo, sino el anhelo de El que ella la desee. "Yo soy para mi amado y a mí tienden todos sus anhelos". "Pues siendo el amor divino humano... de perfecta bilateralidad". "Mi amado es para mí y yo soy para Él" Dios nos pertenece en el sentido real y verdadero. Esto no es literatura. El amor es posesión. Ya no es el Dios con nosotros sino el Dios mío. San Francisco: Dios y mi todo. San Pablo: "Todo es vuestro... Cristo de Dios..." Los adjetivos posesivos en el amor humano y en el amor divino. Cuando leemos estas cosas, nos da un poco de vergüenza. Debemos superar este complejo. En el amor humano esto se da, pero con muchas limitaciones. Si usamos estos conceptos de manera superficialidad... "El amor divino es absolutamente verdadero" El Padre pide leer los textos de la página 91. Jn 15, 16. El significado de "en mi nombre". Nuestra oración no es que sea casi siempre escuchada, sino que siempre es escuchada. La oración de los santos siempre es escuchada. Esto no puede ser de otra manera. Si nuestra vida está identificada en Jesús, Jesús ora en nosotros. Pero tiene que ser que nuestra vida este identificada. La oración de los santos es infalible. Y la razón es porque está identificada la voluntad del santo con la voluntad del Señor. Jn 16: 23-24. "Vosotros mismos pediréis al Padre en mi nombre". "El mismo Padre os ama". La razón de todo esto es el amor. Y esto pasa también entre nosotros. ¿Qué le puedo negar a mi hijo? Mt 21: 21-22. De todo esto se podría hacer un tratado de la oración. "... le diríais a este monte...". Entramos en el quinto capitulo, página 91. Menciona a José y a Ramón. Los deseos implícitos de la esposa en su desea de ser besada. Y que el Esposo la mirara con amor. "Ya hemos dicho que el deseo de la esposa..."