El Padre nos presenta dos maneras de acudir al Señor según el Evangelio de hoy. La primera es interesada, buscando que Dios resuelva problemas, como hicieron nueve de los diez leprosos curados. La segunda, ejemplificada por el décimo leproso, es generosa y agradecida, nacida del amor y sin esperar nada a cambio. El Padre destaca que este leproso agradecido era samaritano, un extranjero despreciado, sugiriendo que a menudo los que menos han recibido son los más generosos. Esto tiene implicaciones para el apostolado y la educación de los jóvenes, indicando que aquellos que han sufrido privaciones suelen ser más receptivos a los grandes valores. Jesús hace preguntas retóricas sobre los nueve ingratos, que el Padre interpreta como un llamado a los cristianos para buscar a aquellos que se han alejado de Dios. Finalmente, el mandato de Jesús "Levántate y vete" se presenta como una invitación a salir en busca de los que no han respondido al amor de Dios. El Padre concluye instando a meditar sobre estas verdades y a dar una respuesta personal al Señor.