Homilía
Homilía del 20 de febrero de 1977
Charla ID:
1977.02.20.H
Título:
Querer a Cristo o estar enamorado de Cristo
Duración:
0:16:44
Temas:
Palabras Clave:
Fecha Litúrgica:
Domingo 7º del Tiempo Ordinario (C)
Texto Bíblico:
Lc 6: 27-38
Comentario:
El Padre lee el evangelio del día siguiendo las rúbricas de la misa. Hemos escuchado el modo que debemos amar con cosas muy concretas. Es algo que nos puede parecer difícil e irrealizable. Este amor heroico hacia fuera, por ser difíciles, no pueden ser sino la efusión de un amor no menos grande por Jesucristo. Cuando uno está enamorado del Señor, estas cosas son la vida normal del cristiano. Mis preceptos no son pesados, decía el Señor. Nuestra vida debería transcurrir así. "El que vive en el amor permanece en Dios". El amor no es un silogismo cerebral. El amor nace del corazón. Es una atmosfera. Da sentido a nuestra vida. El mundo es distinto para aquel que vive en el amor. En la primera Carta de San Juan, "Amemos porque Él nos amó primero". En la Nacar Colunga se pone un paréntesis en esta parte de la Carta de San Juan y dice "Amemos (a Dios)". Para el que ama a Dios, la vida es alegría. "El que tiene al Hijo, tiene la Vida". El que no tiene al Hijo, ese no tiene la vida. "Yo he venido para que tengáis vida..." Una cosa es querer al Señor, y otra estar enamorado del Señor. El que está enamorado del Señor no se hace ningún raciocinio. Y esta es la causa de lo que hoy está sucediendo. Hoy se habla del compromiso cristiano, pero esto no es verdadero si no es la efusión de un amor efusivo a Cristo. Y por eso degeneran en puro odio. ¿Se puede vivir la pureza en nuestro mundo? No para el que no está enamorado de Jesucristo. Cuando el Señor le da la responsabilidad a San Pedro, le pregunta por tres veces sobre el amor hacia Él. Os decía el otro día: "Decidle al esposo que desfallezco de amor". Debe ser una muerte de amor. ¿Se puede morir de amor en un mundo lujurioso? Nuestra muerte es la muerte de amor. Vamos a decírselo en esta misa al Señor: Tienes que enseñarme a amar.
Resumen:
El Padre reflexiona sobre el mandamiento del amor que Jesús enseñó a sus discípulos. Explica que este amor heroico hacia los demás, que puede parecer difícil o irrealizable, en realidad surge de un amor profundo y apasionado por Jesús. Cuando uno está verdaderamente enamorado del Señor, vivir en el amor se vuelve natural y no una carga. El Padre enfatiza que el amor cristiano no es el resultado de un razonamiento, sino que nace del corazón. Vivir en el amor es la esencia del cristiano, como una atmósfera que lo envuelve y da sentido a su vida. Sin este amor íntimo a Jesús, los compromisos y preocupaciones sociales carecen de fundamento y pueden degenerar en división y odio. El Padre señala que virtudes como la pureza, la pobreza y la obediencia solo son posibles cuando uno está enamorado de Cristo. Recuerda cómo Jesús le preguntó tres veces a Pedro si lo amaba, mostrando que el amor es lo fundamental. Finalmente, el Padre invita a los fieles a pedirle a Jesús en la Eucaristía que les enseñe a amarlo verdaderamente, pues solo así podrán vivir plenamente el mandamiento del amor.
Comentario Técnico:
Buena calidad de sonido. Si se pone al público, hay que quitarle los primeros segundos iniciales. Transcripción corregida por Paulino.