Para uso interno por el estilo de hablar del Padre. El Padre habla de la traición. Lee primero el evangelio que va a comentar. Judas llegó con una gran turba a prender al Señor. El Evangelio subraya que Judas era uno de los doce. Para poder traicionar a un amigo hay que ser amigo de aquel a quién se va a traicionar. El traidor es uno de dentro. El Señor es traicionado por los suyos. Los peores enemigos del Cristianismo son los cristianos. Las crisis pasan porque los obispos han permitido que pasen. El Cristianismo nada tendría que temer de los que están fuera. Lo vemos en la crisis de la Iglesia. En lo nuestro, hemos de pensar que hemos sido llamados a esa intimidad con Jesús. Cualquier falta de entrega, es una pequeña traición a nuestros hermanos. Cuando pienso en esto, sufro mucho. Paulino, en su última carta general, también está preocupado con esto... Minuto 10:30 Los enemigos del Señor, la lujuria, la pornografía. No debemos luchar contra el mal haciendo el mal. San Pedro sacó su espada y el Señor le reprende. Sin la fe uno se aburre. Hay que ver lo fácil que es calumniar a una persona. El que iba a entregarle les había dado una señal. El beso. Al Señor se le vende y se le entrega bajo apariencia de lo bueno, con un signo de amor. El traidor se presente bajo apariencias de honradez. El demonio si quiere engañarnos tiene que presentarse como que es bueno. Lo hace así para engañar a los incautos. ¡Cuántos se presentan hoy en la Iglesia como contestatarios! Critica al comunismo. El comunismo no se presenta como que viene a destruir la Iglesia o la libertad, sino que viene a hablar de derechos humanos. Critica al Padre Llanos que pertenece a las Comisiones Obreras. El traidor no suele ir a cara descubierta. Todos de alguna manera, siempre que faltamos al amor que debemos, somos unos pequeños Judas. No grandes Judas. El Padre piensa mucho de esto en la Santa Misa. La Santa Misa es una donación de Cristo a nosotros. Nos da su vida y Se nos da a comer. Y esto requiere una entrega absoluta y total al Señor de parte nuestra. Esta segunda parte desgraciadamente no es así. El Padre siempre celebra la misa con un sentimiento de pena y de vergüenza. Si nos reservamos cosas que no le damos al Señor... Critica a Tarancón que había dicho que el Regimen anterior había potenciado el catolicismo exterior pero no el interior. En la misa, el Señor nos dice: "Amigo, ¿a qué vienes?" Lo mismo en la oración. Cuando el Señor dice "amigo", ese para él es su amigo. Y esto es lo que me da más vergüenza. "Sin mí no podéis hacer nada". Me acuerdo que un día que el demonio le tentaba, el Padre le decía al Señor: Pareces tan ausente, y falta tanto tiempo para ir al Cielo, y somos débiles. Y el demonio le ponía la frase de D. Juan Tenorio: ¡Cuán largo me lo fiais! Y el Señor le decía: Eres un infeliz y seas imbécil. El cielo comienza en el momento en el que alguien me abre su corazón. "Bienaventurados los pobres..."