Importante homilía sobre la reforma de la misa del Vaticano II. Yo la pondría apta para el público pero es posible que también escandalice algún que otro tridentino. La institución de la Eucaristía y de la Santa Misa, la realidad de este misterio. Menciona que entre las reformas del Vaticano II estuvo la de la Santa Misa diciendo que había que dar facilidades al pueblo y hacerla en lenguaje vernácula. No cabe que esto fue una buena reforma bien intencionada de la Iglesia, aunque tal vez digna de mejor causa. Pero con ello entró una serie de cosas que fueron malas, una misa más sociológica, más humana. Y hoy al cabo de los años nos encontramos que la gente no viene a misa. ¿Es que estuvo la reforma equivocada? Pero ha fallado algo, y es que se nos olvidó recordar donde estaba lo esencial. Si no reformamos el espíritu, aunque reformemos las estructuras, no hacemos nada. Referencia a la meditación de esta mañana sobre la misa. La misa es mucho más serio que todo esa reforma estructural. Es la hora de que viváis estas realidades. La realidad también de la misericordia divina. La eucaristía no es un símbolo. Hoy día vivimos mas de símbolos que de realidades. Menciona a Paulino diciendo que iban por la calle los dos juntos y la gente los piropeaba diciendo que así deben ir los sacerdotes. Un amigo sacerdote que le preguntó porqué seguía llevando sotana. Mención a la película de la noche. Nos ha tocado vivir estas realidades, aunque seamos indignos y débiles. Dios quiere que pongamos nuestra buena voluntad. Que sea una comunión muy bonita y una renovación sincera de vuestras promesas. Recuerdos a los hermanos nuestros que están en América del Norte y del Sur.