Para uso interno por el estilo de hablar del Padre. Se van nuestros hermanos de Burgos y la misa que vamos a decir es por ellos en acción de gracias. He visto un gran progreso y por el futuro prometedor, vamos a ofrecer la misa. Como despedida a ellos y palabras de aliento para los que nos quedamos, yo estaba dándole vueltas desde anoche intentando recordar una meditación que os dí sobre el Quijote. No consigo recordarla y ello se debe a que las cosas muy bonitas se nos escapan de las manos. Yo quería deciros que lo que cuentan que se suele escribir en la portada de algunos manicomios, "Ni son todos los que están..." tiene algo de verdad. El concepto de locura y cordura es relativo. Llamados por el Señor a una aventura tan grande, nosotros, si no estamos suficientemente locos, no podremos llevar a cabo esa aventura. Para el mundo, D. Quijote estaba loco de atar. Pero sabemos que sin esos hombres locos de atar, el mundo no se salvaría y acabaría siendo demasiado materialista. En el libro hay una contraposición entre el materialismo y prosaismo de Sancho Panza y el idealismo de este hombre genial que ha trascendido a los siglos. El idealismo de este hombre lanzado a las tierras de España para deshacer entuertos, frente al prosaismo de el cura, el barbero, la sobrina, y Sancho. El Padre empieza a recitar el inicio del Quijote. Su idealismo chocaba con el materialismo de la gente: una vez eran los poderosos como el Duque y la duquesa. Otra vez, los comerciantes, o los simples cabreros. Este mundo nuestro esta lleno de gentes prácticas, materialistas y calculadoras. Y solo puede ser salvados por idealistas y locos estilo D. Quijote. Yo siempre he pensado que D. Quijote no estaba loco. Y prueba de ello es que el mundo ha reconocido la grandeza de este hombre. Vuelve a recitar lo que D. Quijote le dice al barbero. Cuando lleguéis a casa se empeñarán en que lo paséis bien, en que no os toméis las cosas con moderación. Son siempre los materialistas del mundo. Los que miran al mar y ven un deposito de peces para comerciar. Son los que piensan que perder la vida por los demás es una locura. Los que opinan que la castidad total es propio de chalados. Solo miran para sí mismos. Os trataran de locos. Pero el mundo es el que está loco. Sin los locos, estilo D. Quijote, el mundo no se salva. El Quijote más quijote de todos los tiempos es Jesús. Historia de cuando la familia de Jesús van a recogerlo porque piensan que está loco. Y en la cruz, lo tratan como loco. El supremo D. Quijote fue Jesús. En la medida en que seamos quijotes, estaremos preparados para cumplir su propia misión. Nos llamarán locos si estamos dispuestos a dar la vida por nuestros hermanos y por el mundo. Nos llamarán locos si no queremos vivir de la carne. El mundo se nos pierde sin esos locos. Los conceptos de locura y de cordura son relativos. De niño me leí el Quijote siete veces. Y recuerdo cuando terminaba el Quijote y recuperaba la cordura. yo lloraba, porque había perdido el mundo un gran idealista. Narra a su modo la muerte de D. Quijote. Si en el mundo nos volvieramos cuerdos, no hubiera santos, poetas, pobres,... Yo lloraba cuando Cervantes le dice a su pluma: "Y aquí quedarás colgada..." Para el mundo San Francisco de Asis estaba loco, y los santos estaban locos, y Jesucristo estaba loco. Pero el mundo esta demasiado cuerdo. Yo os decía en días pasados que para esta aventura solo sirven los hombres locos. Los calculadores tendríamos que despedirlos cuanto antes. Lo que me decía Paulino en una carta: "Soñad y os quedaréis cortos". Dadle en la misa un abrazo muy grande al Señor. No os conforméis con ser buenos. Dadle al Señor por entero vuestra vida. Estaréis preparados para esa grande aventura.