Para uso interno por el estilo de hablar del Padre. El texto evangélico contiene una parábola que está repleta de enseñanzas muy importantes y prácticas. El Padre narra la parábola a su estilo. La parábola es profunda. La naturaleza humana es débil. El mal se mezcla con el bien. Por ejemplo, la oración. Aquí se puede meter la cizaña. Así lo tenemos en la parábola del fariseo y del publicano cuando se ponen a orar. Aquí se mezcla el espíritu del mal: "Te doy gracias por que no soy como los demás..." Somos débiles y pecadores. Hoy celebraba la misa con la conciencia de ser un pecador. Por eso rezo con mucha devoción todo lo que es referente a la misericordia. Pienso que estoy celebrando la misa indignamente. "El que esté sin pecado..." "El que diga que no tiene pecado..." Hay que acogerse a la misericordia divina. "Dios ama la humildad..." Uno de mis hermanos sacerdotes está en un país que yo admiro, donde hay profundos núcleos de fe, está luchando en una parroquia con feligreses que no tienen fe. Les predican sobre el pecado y el infierno y se enfadan. Nadie tiene derecho al cielo. El Cielo es un regalo de la bondad divina. Esta gente que se quejan no han recibido una buena formación. La cizaña mezclada con el trigo. Otro ejemplo: la limosna o el ayuno. Hay quien da limosna tocando la trompeta o ayunan y van con la cara macilenta. La cizaña se mete en estas cosas. Hacen las cosas para que los vean. Hoy están las sectas metidas en la Iglesia Católica. Los carismáticos donde no aparece en la misa la idea de sacrificio y muerte. Narración de la historia del Padre cuando su párroco le pidió que asistiera a una reunión de señoras de su parroquia y las señoras estaban hablando de la Iglesia del silencio. Todas las señoras comenzaron a gritar. Las celebraciones litúrgicas donde el sacerdote queda en segundo plano. Es el rito de la jarana y la juerga. La Iglesia de la mano tendida y del diálogo. "... mientras dormían los hombres..." Los pastores duermen. No se atreven a hablar de las verdades del evangelio. Son pocos los que caminan por la senda angosta. ¿Por qué Dios permite que la cizaña crezca con el trigo? ¿Por qué Dios permite el mal? El que ha metido el mal en el mundo no es Dios, sino nosotros. Dios lo permite para nuestro bien. La fe nuestra ha de ser probada. Y se prueba al enfrentarse al mal. "¿Cómo seremos coronados..." de San Agustín. "He de completar en mi cuerpo lo que le falta a la pasión de Cristo". Los feligreses de esta parroquia de América dicen: no nos hablen de un cristianismo difícil. Otro ejemplo de lo bueno y lo malo mezclado: la virtud de la caridad. Muchas organizaciones de Ong que dan de comer a muchas personas hambrientas. La situación española con respecto a la pobreza. 5 millones de parados. Nuestro país se volvió de espaldas a Dios y esto no es más que el comienzo de los castigos. La caridad se mezcla con la cizaña. El marxismo metido en la Iglesia católica con la teología de la liberación. Se exterminó a los burgueses y se proclamó el odio. 1 Cor: "Aunque yo hablara las lenguas de los hombres y los ángeles..." El reino de la cizaña se va comiendo el area del trigo. Conforme nos acercamos a los tiempos finales, todo irá a peor. El arte hoy está corrompido: el cine, la poesía. Ha desaparecido o hemos destruido la belleza de la creación. Hemos pervertido el amor en puro sexo y aberraciones. El estado español está destruyendo la familia. Todo esto está profetizado. "Por amor a los elegidos aquellos días serán acortados..." Antes del fin, tiene que venir la apostasía. Pero Dios nos ama. Y vendrá la época de nuevo de los santos, y la verdad aplastará a la mentira. Vivimos en el mundo de lo malo y lo feo. "A las aves ligeras, leones..." Frente a esto, la poesía del sexo. La belleza convertida en feísmo. Adoramos al Dios Baal. "En noches silenciosas del sueño de los niños guardadoras..." Dios espera que escuchemos su voz. "Es la voz del Esposo como la huidiza estela de una nave..." "Mi amado, las estrellas, el mar que besan proas de mil naves..."