El Padre analiza la parábola del administrador infiel, destacando que Jesús alaba su astucia, no su maldad. Utiliza esto para reflexionar sobre cómo los "hijos de este mundo" son más diligentes en hacer el mal que los "hijos de la luz" en hacer el bien. El Padre señala que vivimos en tiempos de crisis sin precedentes, con una apostasía generalizada y un abandono de los valores cristianos. Cita las advertencias de San Pablo sobre los "últimos tiempos" y cómo parecen cumplirse hoy. Sin embargo, el Padre enfatiza que no debemos desanimarnos. Recuerda las palabras de Jesús de levantar el ánimo ante las dificultades, pues se acerca la liberación. Aunque el rebaño fiel sea pequeño, Dios les dará el reino. El Padre concluye exhortando a los fieles a ser verdaderos testigos de Cristo en estos tiempos difíciles, con mayor fe y valentía que nunca. Recuerda que al final la victoria será de Cristo y sus seguidores, aunque ahora el mundo se burle.