Homilía
Homilía del 5 de diciembre de 1982
Charla ID:
1982.12.05.H
Título:
El amor y la alegría del discípulo de Cristo
Duración:
0:09:09
Temas:

Palabras Clave:
Fecha Litúrgica:
Domingo 2º de Adviento
Texto Bíblico:
Lc 3: 1-6
Comentario:
Corta charla, pero muy apta para el público. El Evangelio de hoy nos trae un fragmento de la vida de San Juan Bautista y de lo que predicaba. Es el santo de la alegría. En cierta ocasión le preguntaron al Señor porqué los discípulos de Juan ayunaban y los del Señor no ayunaban. "El amigo del esposo..." El cristianismo con respecto al judaísmo es una religión nueva, aunque la continue. Nuestra religión no es una religión de odio, crispada, sino que predica el amor. El amor es la alegría. Cierto que los ayunos forman parte de nuestra religión. Pero no es esto en lo que hay que poner lo primero. Los ayunos tienen carácter de medio. Nosotros tenemos que dar testimonio de la alegría porque tratamos de asimilar la vida de Jesús. Sin esto, nuestro mensaje carecería de eficacia. La risa por la risa no tiene sentido alguno. La risa es la otra cara del amor. Referencia a Tom Bombadil. Estamos alegres porque sabemos que el Señor nos ama. "En esto conocerán que sois mis discípulos..." Nuestro testimonio, nuestra catequesis tiene que ser alegre. La aparición de San Francisco fue un terremoto en nuestro mundo por su alegría. Dicen que los filósofos presocráticos eran poetas, Tales de Mileto, Anaximandro. Heráclito se extasiaba viendo moverse las llamas del fuego. Sin esta alegría, nuestra vida no da testimonio de Jesucristo eficaz. La alegría es la otra cara del cariño. Y el cariño lleva consigo la pobreza. "Dias vendrán en que les será arrebatado..." "Bienaventurados los..." Mi alegría es completa porque escucho la voz del esposo.
Resumen:
El Padre presenta una reflexión sobre San Juan Bautista y la naturaleza alegre del cristianismo. Destaca que San Juan Bautista es el santo de la alegría, quien saltó de gozo en el vientre de su madre ante la presencia del Señor. Explica que el cristianismo, aunque continúa el judaísmo, es una religión nueva que anuncia un mensaje de alegría. Enfatiza que no es una religión de odio o crispación, sino de amor, donde los ayunos, oraciones y penitencias son medios necesarios, pero no el fin último, que es la alegría. El Padre subraya que la alegría es la otra cara del amor, y que los cristianos deben dar testimonio de esta alegría en el mundo porque están enamorados y siguen a un Salvador. Esta alegría tiene sentido porque surge del amor mutuo entre Dios y los creyentes, y entre los hermanos en la fe. Sin este componente de alegría, explica, el testimonio cristiano carecería de eficacia. Hace referencia a San Francisco como ejemplo del impacto que puede tener la alegría cristiana en el mundo. Relaciona la alegría con la pobreza espiritual, explicando que la verdadera alegría viene de haberlo dado todo por Cristo, como se refleja en las bienaventuranzas. Concluye señalando que el camino hacia esta alegría perfecta se encuentra en la oración y el diálogo con el Señor, especialmente en la soledad junto al sagrario.
Comentario Técnico:
Buena calidad de sonido. El link de esta charla no es de la clasificación de las charlas por números como hizo Carlos, pues no está ahí. Está tomado de la carpeta "Revisiones"