Segunda homilía del Padre en este domingo. Dedicada a los chicos nuestros. Para uso interno por el estilo de hablar del Padre. Ya sabéis la importancia de la persona de Cristo: nuestra salvación o condenación depende de nuestro amor a Jesucristo. Hay que conocer a Cristo para amar a Cristo. Pero por parte del predicador, hablar de Jesucristo es casi imposible. Y esto tanto respecto a su divinidad como a su humanidad. Su ternura y su amor es tan grande que es muy difícil expresarlo. En Cristo hay dos naturalezas en una persona divina. Solo podemos hablar si el Espíritu nos inspira algo en nuestras almas. "El os hará comprender todas las cosas que yo os he enseñado..." Pero no podemos ser santos si no somos hombres primero. Ahora estáis aprendiendo a ser otros Cristos. Cristo era un hombre recio. No se asustaba. Las calumnias que le han puesto al Padre. La soledad sacerdotal de la que le hablaban en el seminario. Narración de la historia del evangelio cuando llegan los escribas y fariseos y le dicen a Jesús: "Maestro, ¿es lícito pagar a Roma o no?" Se fueron con el rabo entre piernas. Otra vez en que se acercan los escribas diciendo: "¿Con qué potestad haces lo que haces?..." También cuando Jesucristo fue a su pueblo a la Sinagoga. Bromas y risas. "Nadie es profeta en su tierra..." El Padre nunca le gustó pisar su pueblo. La gente piensa que eres un imbécil. Los judíos esperaban un mesías temporal. Nuestros planes son siempre de porquería comparados con los de Dios. "El Espíritu del Señor está sobre mí..." Los extranjeros son mejores que los de la propia casa. "Muchas viudas habían en tiempos..." Se llevaron a Jesús para arrojarlo por el acantilado. Otra historia de Jesús, cuando entró a la sinagoga y había un hombre con la mano seca. También la historia del ciego de nacimiento y el Señor. El Padre narra la parte final de este milagro con mucha ternura. "¿Tú crees en el Hijo del Hombre?" La profecía del profeta Daniel. La belleza de esta profecía. Ojalá que Jesucristo fuera nuestra vida, no solo un tema de devoción. Historia de San Pascual Bailón. Necesitamos sentir la atracción del Sagrario. El Señor quiere ser nuestro amigo. "Ya no os llamaré..." El Padre cuenta su oración de esa misma mañana. "Vivo yo pero ya no soy..." Otra historia del Señor: "Maestro, mi hija está a punto de morir". Las plañideras. El Señor distingue entre la muerte y la simple dormición. Los discípulos predilectos del Señor fueron llevados a la habitación de la niña. El Señor es el Señor de la vida y de la muerte. Historia de Faustino, "querido difunto". Historia del leproso que se acerca a Jesús. El Padre ha visitado leproserías en Sudamérica. "Señor, si quieres, puedes curarme". Yo me he pasado la vida buscando al Señor y espero que lo encontraré antes de morir. He metido la pata muchas veces. Desde que me convertí a los 16 años he intentado encontrar al Señor. Vosotros estáis destinados a ser santos. Estoy seguro de que este hombre me ha amado a mí hasta la locura. ¿Cómo es posible? No lo se. "El que no ama no conoce a Dios..." "Al discípulo le basta ser como su maestro". No he sabido hablaros de esto. Os quiero mucho. Cristo comprende todo lo que nos pasa a nosotros. Esta es la existencia cristiana.