Para uso interno por el estilo de hablar del Padre. El Padre empieza hablando de que ordinariamente vemos unas enseñanzas del evangelio que son agradables porque el evangelio es el mensaje de la buena nueva. Pero hay personas en el mundo que esto no significa nada. Pero el evangelio es esperanzador. Aunque el evangelio contiene enseñanzas del Señor de una extremada gravedad que se refiere tanto al pasado, como al presente, como al futuro. Muchas veces el evangelio nos avisa de los peligros que tenemos que pasar. Lo vemos en las páginas del evangelio de hoy. "Vino a los suyos, pero los suyos no lo recibieron..." El Señor llora sobre Jerusalén después de su entrada triunfal. Jerusalén no ha querido reconocer lo que le podría dar la paz. Se habla de castigos. Las multitudes que le aclaman son las mismas que piden su muerte. El camino de Cristo es un camino difícil. La existencia cristiana no es fácil. Desconfiemos de las multitudes. La gente se ríe de Dios y se gozan de esto. Pero llegará el castigo. El llanto de Jesús está justificado. El Padre habla de la gran apostasía. La raíz de los grandes problemas de hoy es el rechazo de Dios. Así pasa en Europa. Los diagnósticos actuales son superficiales. Europa fue cristiana, pero no así ahora. El modernismo. El pueblo judío fue castigado y nosotros también. La situación de España. Los hombres no quieren hablar de la conversión. Nos toman por agoreros. Hoy día se tiende a exculpar al pueblo judío. Pero el pueblo judío jugó un papel fundamental en la muerte de Cristo. Hemos renegado de Dios. En 1 Cor 1: 26 y siguientes. Estamos cerrados a Dios. Europa está destinada a la desaparición. Los verdaderos discípulos serán pocos. Debemos pedir a Jesús que nos meta en el pequeño rebaño. La auténtica existencia cristiana pasa desapercibida. El grano de trigo tiene que morir para dar fruto.