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Homily

Homily del 8 de mayo de 2011

Charla ID:

2011.05.08.H

Título:

El buen pastor y el mercenario en la Iglesia de hoy

Duración:

0:37:54

Temas:

Palabras Clave:

Fecha Litúrgica:

Texto Bíblico:

Jn 10: 11-16

Comentario:

La figura del sacerdote está hoy muy desprestigiada y además, hay escasez de pastores, y además hay muchos malos pastores. Sin embargo, el sacerdote es figura primordial en la Iglesia. La división de la Iglesia en jerarquía y laicos. Las soluciones actuales para enfrentarse a la crisis de sacerdotes son psicológicas y sociológicas. Son remedios humanos que no conducen a nada. El Señor propone hoy la figura del buen pastor. El Señor explica que Él es la puerta. El Sacerdote tiene que entrar por la misma puerta. El sacerdote debe estar identificado con Cristo. El Buen pastor debe dar la vida por sus ovejas. El sacerdote tiene que ser otro Cristo. "Como el Padre me envió..." "El que a vosotros escucha, a mí me escucha..." Les da el poder de perdonar los pecados. Pero los sacerdotes andamos muy lejos de cumplir esta consigna. "Es Cristo quien vive en mí..." Ciertamente somos pecadores, pero tenemos deseos de ser buenos. El Padre siempre ha deseado esto aunque está lejos de eso, pero no pierde la esperanza. El sacerdote no tiene que buscar métodos pastorales raros. La historia del ciego y la rosa. "El buen pastor conoce a sus ovejas y las llama por su nombre..." El trato íntimo del Buen Pastor con sus ovejas. Debe compartir la misma vida de las ovejas. "Llorad con los que lloran... " El sacerdote no podrá hablar con sus ovejas si no ha aprendido primero a hacer oración con Dios. Jesús es la Palabra del Padre. El Sacerdote es el puente entre Dios y las ovejas. El sacerdote debe hablar a sus ovejas de Dios. Los malos pastores no hacen esto. El Buen pastor "busca las cosas de arriba..." El mercenario no hace esto. El buen pastor debe compartir la cruz de Cristo. Lo único que puede atraer a un joven para ser sacerdote es amar a Jesucristo. El sacerdote debe compenetrarse en la misa con la cruz. "Yo llevo en mi cuerpo los estigmas..." A lo largo de mi vida sacerdotal, en sus correrías en América, con los indios. se pasaban tres noches y días para confesarse. El Padre se pasaba más de 20 horas seguidas. Si nuestro trabajo no está unida al dolor de Cristo no da fruto. "Si el grano de trigo... " Y le llamaban para ver un enfermo que tardaba muchas horas. "Yo os he puesto para que vayáis y deis fruto..." La historia del niño que el pueblo le envía para ser el criado del Padre. Debemos entrar por la Puerta. Y conducir a las ovejas a buenos pastos. La buena doctrina, caiga quien caiga. Predicar las bienaventuranzas. Predicar la historia del joven rico. El camino que hay que seguir es la cruz. Hoy día se les da a los jóvenes una pastoral errónea. Esto no es el cristianismo. La vocación del Padre al sacerdocio. Hoy día se utiliza el oficio de pastor para escalar puestos. Lo que debería hacer un buen obispo. Pero hoy día se pasan viajando. La historia del demonio y el cura de Ars. Historia del ateo que fue a confesarse con el cura de Ars. Hoy no hay vocaciones, y los pocos que hay parece que no son aptos. Solo los jóvenes valientes y que sepan amar y compartir la cruz de Cristo pueden ser sacerdotes. "¿Podéis beber el cáliz..." "Orad al Dueño del a mies..." Llegará la primavera eclesial donde los jóvenes estén dispuestos a dar su vida y ser otros Cristos. "No tengáis miedo porque yo estaré con vosotros hasta la consumación de los siglos".

Resumen:

El Padre ofrece una reflexión sobre el Evangelio del Buen Pastor (Juan 10), abordando la crisis actual del sacerdocio en la Iglesia. Explica que el verdadero sacerdote debe entrar "por la puerta" que es Cristo mismo, identificándose plenamente con Él y su misión. Enfatiza que el buen pastor debe conocer íntimamente a sus ovejas, llamarlas por su nombre y estar dispuesto a dar la vida por ellas, a diferencia del mercenario que solo busca su propio beneficio. Señala que la crisis vocacional actual se debe en parte a métodos de captación puramente humanos que no consideran la dimensión sobrenatural del sacerdocio. Insiste en que el único motivo válido para ser sacerdote es el amor total a Cristo y la disposición a compartir su cruz. Comparte experiencias personales de su ministerio en América del Sur, donde el sacrificio y entrega total dieron abundantes frutos espirituales. El Padre critica la pastoral actual por ser superficial y cómoda, alejada del verdadero espíritu cristiano que implica cruz y sacrificio. Concluye que la solución a la crisis sacerdotal está en la oración, como indicó Jesús: "Orad al dueño de la mies para que envíe obreros a su mies", y en formar sacerdotes con corazón generoso, dispuestos a identificarse plenamente con Cristo.

Comentario Técnico:

Buena calidad de sonido

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