El Padre presenta una reflexión sobre las tentaciones de Jesús en el desierto y su relevancia para los cristianos actuales. Principales puntos: 1. Jesús, siendo verdadero Dios y hombre, se sometió voluntariamente a tentaciones para compartir plenamente la experiencia humana. 2. Las tres tentaciones (convertir piedras en pan, lanzarse desde el templo, adorar al diablo) representan: - Usar los dones de Dios para beneficio propio en lugar de servir a otros. - Buscar caminos fáciles y espectaculares en lugar del sacrificio. - Arrodillarse ante los poderes mundanos. 3. El Padre critica tendencias en la Iglesia actual que facilitan el camino cristiano, como: - Aceptación de anticonceptivos y divorcio. - Compatibilidad con prácticas contrarias a la doctrina. - Teorías del "cristianismo anónimo" y salvación universal. 4. Advierte sobre el peligro de adaptarse demasiado a los criterios del mundo y perder el sentido del pecado. 5. Afirma que las tentaciones son necesarias para probar y fortalecer la fe, citando a San Agustín. 6. Describe la época actual como de persecución y martirio para los cristianos fieles, pero ve esto como una oportunidad de gloria y participación en los sufrimientos de Cristo. 7. Concluye animando a los creyentes a mantenerse firmes en la fe, a pesar de las dificultades, confiando en la gracia de Dios y en la recompensa futura.