Gran obispo del siglo XVIII, fundador de los Redentoristas (Alfonsinos). Gran moralista, fundador de la Casuística, moral explicada a base de casos particulares. En mi opinión excesivamente minuciosa y un poco exagerada. Aunque San Alfonso era un gran santo y un gran teólogo. La exageración en la moral o en la vida de piedad puede conducir luego al extremo contrario. Los redentoristas que yo conocí en Cuenca (Ecuador) estaban muy corrompidos. Es necesario el equilibrio y la ponderación y no caer en los extremos. Después de la revolución del Vaticano II, San Alfonso ha sido ridiculizado y su casuismo abandonado. Esto ha sido injusto y exagerado. Donde sí es necesaria la minuciosidad es en la Liturgia y especialmente en la Misa. Ahora que se ha autorizado de nuevo la Misa de San Pío V, vemos que su manera de celebrarla está regulada con todo detalle. Eso es bueno, evita las innovaciones y las genialidades del celebrante de turno. Antes de la nueva Misa de Pablo VI, la misa de San Pío V era celebrada en todo el mundo del mismo modo y en latín. Se dice que la gente no se enteraba porque no sabía latín, pero con la ayuda de los misales bilingües la seguían bien, y se evitaban las originalidades, los abusos, y el que no haya dos misas iguales. Nos dijeron que dijésemos la nueva Misa de Pablo VI y yo lo hice durante casi cuarenta años. Ahora han permitido volver a decir la Misa de S. Pío V. Debemos obedecer a la Iglesia. Ubi Petrus ibi Ecclesia. La obediencia es una virtud muy agradable a Dios y sin la obediencia no se va al cielo.