Para uso interno por el estilo de hablar del Padre. Empieza con risas diciendo que Carlos le ha aconsejado que haga un resumen de sus 45 años de sacerdocio. Debido a diversos líos que tiene estos días, esta mañana no ha podido hacer la oración. No ha podido dar gracias al Señor ni pedir perdón. Mi cabeza está dando vueltas y vueltas. Además, hoy es la Fiesta de la Santísima Trinidad. Sus años antes de ser sacerdote y la idea que se tenía de ser sacerdote. La idea de antes y la idea de ahora coinciden en el hecho de no apreciarlo demasiado, a pesar de tener tantas diferencias. Antiguamente había fe. Aquellos sacerdotes eran hombres buenos y de fe. Al Padre no le hacía gracia que le dijeran que iba a ser sacerdote. La historia de D. Andrés Carruana y su pregunta sobre ser sacerdote. Nunca más le volvió a hablar del tema. Nuestra idea que teníamos era que el sacerdote era bueno, pero perdía mucho el tiempo. Menciona a Willy, Nacho, Pablo, etc. No hacían nada por la salvación de las almas. Pensó en ser militar, abogado, médico. Su padre le aconsejó que no fuera médico porque tu no sirves para la medicina con el manojo de nervios que eres. Esa idea cambió hasta que entró en la Universidad y murió su madre e hizo su primer año de leyes. La idea que tenía estaba equivocada. La nueva idea era que el sacerdocio es ser otro Cristo. Imitar a Cristo. Cuando empezó a amar a Cristo, se dio cuenta de esta idea. Cuando dos amigos se aman profundamente, desean estar juntos. El Padre era un joven romántico. Menciona a la película "The Hangma" donde los militares decían que eran los dos últimos románticos y le puso un 8. Era la idea de ser como Cristo: "Como el Padre me envió,..." La idea actual del sacerdocio es menos favorable que la idea antigua. Los sacerdotes que vemos ahora no suscitan el entusiasmo de los jóvenes modernos. Ahora se ha perdido la idea de que el sacerdote es otro Cristo. Y por eso, la aventura de ser sacerdote supone hoy un challenge mayor. La llamada a ser otro Cristo es general, para todos los bautizados, pero para aquellos que reciben el sacramento del Orden, es algo mucho más desafiante. Para entender esto hay que estar profundamente enamorado de Jesús. La primera señal de que una vocación es auténtica es que el Espíritu Santo ha puesto un amor profundo. Ser sacerdote no es administrar sacramentos o predicar. Lo esencial es revivir la persona de Cristo. El Padre no es nuestro modelo de sacerdocio afortunadamente para nosotros. Nuestro modelo es Cristo. El es el único capaz de llenar nuestro corazón. Cuando a un joven le es dado comprender esto de lo alto, "nadie se atreva a tomar para sí este honor...", entonces es llamado a ser otro Cristo. Como estas palabras también la van a oír las chicas nuestras, es posible que digan que lo que el Padre está hablando es para los boys. Pero esto no es cierto en cierto sentido. Para ellas ha sido instituida el sacerdocio dado en el bautismo. Ellas han sido llamadas también a esa intimidad con Cristo. En esa medida el sacerdocio es también para ellas. Si la Esposa es carne del Esposo, según palabras de San Pablo, y se hace con su esposo una sola carne, entonces ellas están llamadas a la unión íntima con Jesús. El Sacerdote es el mismo Cristo en sus acciones sacramentales. La girls están llamadas a vivir la vida conjugal con Jesús, e incluso en cierto sentido en una mayor profundidad. Hoy día a los jóvenes se les proponen los ideales de la democracia, etc., en vez de ser otros Cristos. Vivir y morir como Cristo. No tendríamos escasez de vocaciones sacerdotales. Esos ideales que hoy se les proponen a los jóvenes me hubieran apartado de mi sacerdocio. El Espíritu Santo es el que da en nosotros el conocimiento y el amor de Cristo. Es una acción oculta. "El Espíritu sopla donde quiere..." Y el que lo recibe no puede explicárselo a los demás. "Os conducirá hasta la Verdad..." Para llegar a un conocimiento completo de lo que es el Sacerdocio es preciso que nos dejemos conducir por el Espíritu Santo. El otro día se acordaba de la conversación con el arzobispo de Newark, McCarrick, y le decía que estaba en la Diócesis de Newark aburrido y que se iba a morir, y el Padre le preguntó porqué decía eso, y le respondió que ni morirá en Newark ni como arzobispo. Y hoy día es arzobispo de Washington y Cardenal. El Espíritu Santo os hará conocer la verdad... Y nada más hijos. Os ruego que apliquéis la misa por mí. Y también por vosotros. Que el Espíritu Santo ponga en vuestra vida una idea arriesgada. Mención a la película de los 7 magníficos y le proponen al viejo irse a vivir a la casa de Rojas y respondió que no quería morir de aburrimiento. Que ponga en vosotros un corazón grande para acoger al amor grande.