Al perderse la idea de la autoridad de los padres y de la obediencia a ellos, se pierde también el amor de Dios porque las dos cosas están unidas. Los mayores se convierten en un estorbo para nuestros afanes hedonistas. Cita al libro del Eclesiástico cuando alaba la figura del Padre. El amor de los padres a los hijos es más grande que el de los hijos a los padres. Lugo añadirle la experiencia, virtud del padre mayor. Los padres sufren y eso lo hace digno de la aureola de respeto. Como hagas con tu padre, así harán contigo. "El que respeta a su madre tendrá larga vida." Vuelve a traer el tema de la meditación: en la vida familia se vive el amor divino. Nosotros vemos el amor de un modo pluriforme, como el amor paterno, el amor materno, etc. Pero es un sólo amor, el divino. "Que también ellos sean consumados en la unidad". Para Jesus, Dios es el Padre. "Voy a mi Padre...." "Padre nuestro que estás en el cielo..." El Hijo es el Hijo Amado. Y todos nosotros participamos en la vida de Jesucristo. Somos hijos de Dios. Todas las clases y formas de amor es se dan en la vida familiar. Sin la idea del padre, de la madre, de los hijos, difícilmente podía llegar el hombre al amor de Dios. La reina de las virtudes es la caridad. El Padre recuerda la veneración que tenía por sus amigos, pero ese amor pasaba siempre por el amor que le tenía a su hermano Pedro. El amor de amistad no es más que una extensión del amor fraterno. Amando a nuestros hermanos de sangre, se aprende a amar a nuestros hermanos no de sangre. El demonio sabe muy bien cuando ataca a la familia, como hemos visto esta mañana. Los gobiernos socialistas y ateos saben muy bien lo que hacen. Vamos a pedirle al Señor que nos de en esta fiesta de la Sagrada Familia, que sea prólogo y preámbulo de nuestro amor verdadero.