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Homily

Homily del 2 de diciembre de 1984

Charla ID:

1984.12.01.H

Título:

Las excesivas preocupaciones de la vida

Duración:

Temas:

Palabras Clave:

Fecha Litúrgica:

Sábado de la 34ª semana de Tiempo Ordinario

Texto Bíblico:

Lc 21: 34-36

Comentario:

El Señor nos habla de la actitud de los que esperamos la venida del Esposo, especialmente nos advierte de las cosas que debemos evitar: la vida de crápula, las borracheras y las preocupaciones de la vida. Llama la atención que ponga a la misma altura las tres cosas. Las preocupaciones de la vida pueden ser un obstáculo que impidan nuestra relación con el Señor. El Evangelio es una doctrina de paradojas. Por una parte, se nos exhorta a negociar y a producir en las parábolas de las minas y los talentos. Se nos exhorta a trabajar. Pero por otra parte se nos dice que nos dediquemos a la tranquilidad y al sosiego: "Marta, Marta..." No hay tales aporías. El hombre es un ser de tensiones. "Hago a veces lo que no quiero..." Es el desgarramiento del pecado. Y también por el hecho de ser compuestos de espíritu y materia. Cuando el Señor nos avisa de estas preocupaciones de la vida, nos advierte del exceso de preocupaciones y de querer hacer todo. "Bene curris, sed extraviam..." "No por mucho madrugar, amanece más temprano" Nos exhorta a que trabajemos, etc, pero con vista y con prudencia y dándole primacía a lo fundamental. Es mucho más importante la vida de oración. Hay que jerarquizar nuestros deberes y trabajos. El orden en el tiempo, una distribución de actividades. Estas aporías o paradojas de la vida cristiana han inducido a algunos a acusarnos a los cristianos de que no trabajamos en la famosa edificación temporal. En el Vaticano II se cayó en este complejo. Los que más han trabajado por la edificación de la ciudad temporal han sido los santos. San Agustín y sus dos ciudades. Cuando el hombre se acerca más a Dios, se hace más hombre. Si se hubiera recordado esto, no se hubieran cometido los errores que se han cometido. Estas palabras del Señor hoy día producirían escándalo. Se convierten en manía. Nosotros debemos tener esto especialmente en cuenta. Yo se lo digo esto a mis sacerdotes. No son los que corren mucho, sino los que corren bien. Ya dijo el Señor que no agotaremos todas las ciudades antes de que venga El. Esto de trabajar mucho es dar palos de ciego. Recuerdos del juego de la olla en su pueblo. A lo largo de nuestra vida, podemos meternos en excesivas actividades y numerosas angustias, que no van a ser agradecidas por Dios. ¿Cuándo sabemos que estamos haciendo lo correcto? Cuando todo viene presidido por la virtud de la prudencia. Esta virtud nos manda una dirección espiritual bien llevada y con docilidad. Esto nos puede ayudar mucho, y darnos muchas bendiciones de Dios. Cuidado pues con las excesivas preocupaciones por la vida.

Resumen:

Resumen

Comentario Técnico:

Buena calidad de sonido

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