El Padre habla de la tristeza que entra cuando hay que separarse del Pedregal y cada uno irse a sus sitios. Pero es una tristeza con paz y necesaria. El Padre también sufre por estas separaciones. Pero ve que esto es necesario para que la gente dé frutos. Sed ávaros de vuestro tiempo y aprovechadlo. El tiempo para Dios es muy vano. El Padre también se refiere a la despedida de Lope y Juan Andrés hacia América. Y hace pocos días se marchó D. José. Pero siempre prevalece el sentimiento de alegría. Hay que ponerse en manos de Dios. Dios nos prepara para ser unos magníficos sacerdotes. Lope y Juan Andrés son buenos y tendrán una vida de aventuras. Dios elige a los pequeños.