Muy bella meditación para uso interno en Jueves Santo. El Padre habla de la importancia de la fiesta de Jueves Santo. Medita el texto de 2 Cor 6: 3-10 como fundamental para entender el sacerdocio. Luego recuerda su visión del sacerdocio cuando fue captado por el Señor. Era participar de la aventura de ser como Cristo. "Vivo yo, pero ya no soy yo..." Nunca comprendió la ironía divina de llamarlo a ser otro Cristo, siendo él tan indigente. "No llevéis ni oro ni plata..." Luego el Padre analiza su vida sacerdotal. Hemos de dar testimonio de Cristo. La pobreza de Cristo en la Cruz. El abandono del Padre en la Cruz. Las dos ideas de lo que un sacerdote es en el mundo actual: la concepción humana y la concepción divina. El sacerdote es un eterno solitario. No tiene que apoyarse en ninguna cosa humana. Su aventura es una paradoja. El Padre narra el final de la obra de Bernanos, Diario de un Cura rural. El amor es totalidad. El sacerdote no pertenece a este mundo. San Pablo decía que todavía vivía en la carne. La iglesia de hoy día quiere atraer a los hombres con armas carnales. Luego el Padre habla de cómo los jóvenes están hechos para la grandez y la aventura. El Padre escribió una estrofita pequeña que condensaba la vida de un sacerdote: "El día ya se aleja, dulce jilguero de color trigueño..." El Padre comenta esta poesía. Jesucristo es la paradoja y el disparate de Dios. El Padre habla esperanzadoramente del encuentro final con Cristo en la muerte. La importancia de "todo es gracia". Hay que dar el testimonio de la trascendencia. Y de las bienaventuranzas.