Meditation
Meditation del 18 de marzo de 1984
Charla ID:
1984.03.18.M
Título:
El entusiasmo por Cristo y el testimonio de Él en nuestras vidas
Duración:
0:35:20
Temas:

Palabras Clave:
Fecha Litúrgica:
Domingo 2º de Cuaresma (A)
Texto Bíblico:
Mt 17: 1-9
Comentario:
El Padre comenta el evangelio de la Transfiguración, el cual está en todos los sinópticos. Aunque los discípulos vivían con Jesús, no podían captar su divinidad. Nuestro mayor problema puede consistir en convivir con Él y no darnos cuenta de lo maravilloso que es. El Padre, cuando se ve muy malo, recuerda los casos de aquellos personajes que se acercaron al Señor: el ciego de nacimiento. El leproso. El problema del leproso y el problema del ciego, no es nada comparada con nuestra ceguera. La mujer adúltera. La misericordia del Señor. El paralítico de la piscina de Betsaida. La resurrección de Lázaro. Si el Señor tuvo compasión con tanta gente, ¿no va a tener esa compasión con nosotros? San Pedro se sintió maravillado al ver la divinidad de Cristo. El Padre explica por qué el Señor les pidió no hablar de lo que habían visto. El episodio de la muerte de San Pedro. La ayuda del Espíritu del Señor. Las luchas nuestras contra las tentaciones y la fidelidad al Señor. Bienaventurados los limpios. Bienaventurados los que tienen hambre de justicia. El amor y la fidelidad. El testimonio nuestro habría de ser suficiente para convencer a la gente. Vivimos en un mundo que no cree en la divinidad de Jesús. Que nada ni nadie, ni siquiera yo, os aparte de Cristo. El Padre vuelve a hablar del Espíritu del Señor y del Abogado que nos ayudará cuando el Señor ya no esté con nosotros. Conocemos al Señor en su humanidad y en su divinidad.
Resumen:
El Padre analiza el episodio de la Transfiguración según el Evangelio de San Mateo, donde Jesús se transfigura ante Pedro, Santiago y Juan en un monte alto, revelando su divinidad. El sermón reflexiona sobre cómo los discípulos, que convivían con Jesús, no podían captar plenamente su divinidad a pesar de intuir algo extraordinario en él. El Padre explica que esta es también nuestra lucha: estar cerca del Señor pero distraernos fácilmente de su maravilla. Destaca que Dios eligió revelarse a través del amor y la fe, no mediante manifestaciones directas de su divinidad que serían imposibles de soportar para los humanos. El camino para conocer verdaderamente a Jesús es a través del Espíritu Santo, viviendo las bienaventuranzas y compartiendo su cruz. Usa ejemplos de personajes evangélicos (el ciego, el leproso, la adúltera) para mostrar cómo la misericordia divina actúa en nuestra miseria. El Padre enfatiza que el testimonio de fe debe manifestarse en una vida convincente y luminosa. Concluye que es siendo humildes, sencillos y luchando como realmente conocemos al Señor, no solo en su humanidad sino también en su divinidad. El mensaje central es que no debemos permitir que nada se interponga entre nosotros y Jesús, pues aunque no podamos verlo físicamente, está presente a través de la fe y el Espíritu.
Comentario Técnico:
Buena calidad de sonido