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Homily

Homily del 19 de noviembre de 1983

Charla ID:

1983.11.19.H

Título:

Los saduceos y la resurrección

Duración:

0:10:59

Temas:

Palabras Clave:

Fecha Litúrgica:

Sábado de la 23ª semana de Tiempo Ordinario

Texto Bíblico:

Lc 20: 27-40

Comentario:

Jesús dice a los saduceos: No entendéis las Escrituras ni el poder de Dios. Gran actualidad. Empeño actual en reducir la Revelación a lo que el hombre pueda comprender. Hay frase curiosa: para explicar que en el cielo no hay matrimonios, dice que ya no pueden morir. El amor humano es participación del amor divino. Pero imperfecto, aun con toda su grandeza. Llegado el Amor Perfecto, desaparecerá lo imperfecto. Implantado el Todo, queda sumergida la parte. Viviendo en este mundo presente, conociendo como en enigma (San Pablo), con el peligro de ser solicitado por las tentaciones, lo más importante es que nuestra fidelidad se puede perder y quebrantar nuestro amor. Esta es la mayor tristeza y el mayor de los peligros. Así, la objeción de los saduceos no tenía sentido. No habían entendido nada en absoluto.

Resumen:

El Padre analiza un episodio del Evangelio de San Lucas donde los saduceos, que no creían en la resurrección, intentan confundir a Jesús con el ejemplo de una mujer que se casó sucesivamente con siete hermanos según la ley del levirato. Cuestionaban de quién sería esposa en la resurrección. Jesús les responde señalando su ignorancia sobre las Escrituras y el poder de Dios, explicando que en la vida eterna no habrá matrimonios porque ya no existirá la muerte. El Padre profundiza en la explicación de por qué no habrá matrimonios en la vida eterna, señalando que el amor humano es una participación imperfecta del amor divino. Cuando llegue lo perfecto (el amor divino pleno), lo imperfecto (el amor humano manifestado en el matrimonio) desaparecerá. En la vida eterna, se alcanzará el amor perfecto y total, donde las promesas darán paso a las realidades definitivas. Concluye con una reflexión práctica sobre la vida presente, donde debemos luchar constantemente contra las tentaciones y dificultades. Destaca que la mayor miseria humana no son los sufrimientos físicos o las calumnias, sino la posibilidad de que nuestra fidelidad al amor verdadero hacia Jesús pueda ser tentada o perdida. Todo esto cesará cuando llegue la perfección en la vida eterna, donde todo será renovado completamente.

Comentario Técnico:

Buena calidad de sonido

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