Para uso interno por el estilo de hablar del Padre. El Padre habla de la camarera de la Virgen del Carmen en su pueblo cuando era pequeño. Hacían las novenas y el Padre subía al púlpito. Y le gustaba llevar siempre el escapulario, y lo llevaba de tela. Recuerda que compraba los escapularios de plata por 200 pesetas. Al Padre le gusta llevar el escapulario. Le pregunta a Pedrito si lo lleva, pero no lo lleva. Risas. No se debe quitar el escapulario. Luego habla de la Orden Carmelita y comenta que es una legenda que el Profeta Elías la fundara. Recibió el gran impulso de Santa Teresa de Jesús y de San Juan de la Cruz con la reforma de los descalzos. Cuenta cómo se escapó San Juan de la Cruz del convento de los calzados. Las palizas que le deban a San Juan de la Cruz. Allí compuso en su cárcel de Toledo su "Cántico Espiritual". Hay una leyenda que dice que la Virgen se apareció a San Simón Stock y le regaló un escapulario y que todos los que morían con ese escapulario no permitiría que fueran al infierno. Y le prometió que, si alguien moría e iba al purgatorio, todos los sábados baja al purgatorio a llevarse a sus devotos al cielo. Menciona a Raúl como ejemplo que se mure y se va al purgatorio. El Padre se ríe de todo esto. Estas son creencias populares, se pueden creer o no. Recuerdos de la muerte de su madre y el Padre se aseguró de que llevara el escapulario. Igual con su Padre. El Padre cuenta la premonición que tuvo sobre la muerte de su madre. Recuerda que iba por el Plano de San Francisco y a media tarde y de pronto se para y recibió una fortísima impresión pensando que su madre se moría. Y se fue corriendo a ver a un amigo que hacía transporte de Murcia a Totana. Llegó a casa a las 10 de la noche. Y se fue a casa y recibió una impresión muy fuerte porque al llamar a la puerta, le abre su padre y estaba llorando y detrás de él toda la casa llena de gente. Y el Padre sigue narrando todo, de cómo intuyó que se estaba muriendo. "Hijo, no sufras es que me acosté a descansar". Y se fue a por el cura. Y la confesó por señas. Recuerda que era sábado por la noche. Y a la mañana siguiente como a las once de la mañana murió. Y esto le impresionó terriblemente al Padre. Sufrió muchísimo, pero llevó la procesión por dentro. Recuerdos de una excursión que hizo con todos los seminaristas a la base de los cadetes de San Javier. Y le llamarón del hospital una monja, porque esta monja conocía a la madre del Padre. Y la monja le contó que la madre del Padre le había dicho que iba a ser seminarista.