Para uso interno por el estilo de hablar del Padre. El Padre empieza diciendo que le gustaba escuchar mucho el evangelio de hoy cuando era joven. La vida de un sacerdote es una vida de gitaneo y aventura. Recuerda sus inicios en América y cómo fue una vida de todo. Ahora que ya tiene 26 años, se da cuenta de todo eso. El sacerdote tiene que darle a la gente todo lo que tiene, la alegría, la vida, todo. Los tranquilones no valen para esto. El Padre se ha jugado la vida y más que la vida en América. El Padre menciona a sus niños de Burgos y los compara con los niños de Murcia que tienen tanta envidia de los de Burgos. El Padre ve una responsabilidad muy grande con todos estos niños. Los que tienen espíritu gitano valen, los tranquilos no. Hoy alegraos de nuestros hermanos que son casi sacerdotes.