El Padre habla sobre Santa Teresita del Niño Jesús, cuya fiesta se celebra el 1 de octubre. Explica que no debe confundirse con Santa Teresa de Ávila, ya que Santa Teresita era una monja francesa del siglo XIX. Destaca su vocación temprana y su deseo ardiente de entrar al convento, incluso pidiendo permiso al Papa para hacerlo antes de la edad permitida. El Padre recuerda cómo la lectura del libro "Historia de un alma", escrito por Santa Teresita, le impactó profundamente en su juventud. Describe la vida de sacrificio y amor a Dios de la santa, quien murió muy joven, a los 20 o 21 años, debido a la tuberculosis. Resalta su capacidad de sufrimiento, su humildad y su obediencia, así como su amor hacia los demás, incluso hacia aquellos que le resultaban difíciles de tratar. El Padre menciona las pruebas y tentaciones que Santa Teresita enfrentó en sus últimos meses de vida, incluyendo dudas sobre la fe y la esperanza. Concluye con una anécdota sobre una tórtola que apareció en la ventana de la santa poco antes de su muerte, relacionándola con un pasaje del Cantar de los Cantares. Finalmente, el Padre sugiere que podemos aprender de Santa Teresita su espíritu de fortaleza, sacrificio y valentía, contrastándolo con nuestra tendencia a ser "blanditos" y temerosos del sufrimiento, posiblemente debido a que no amamos tanto a Jesús como ella lo hizo.