San Bernardo era un hombre ilustrado. San Bernardo dejó todo para hacerse santo. Abandonó todo, familia, humanidades, clásicos latinos, para unirse a Dios. Gilson dice que consiguió ser santo. Sus escritos están muy bien escritos. Un latín muy cultivado. Al Padre le cuesta trabajo leerlo. Era un gran señor. Era un jovenzuelo cuando se fue a Citeaux. Se llevo a unos treinta caballeros, nobles de alma y de raza. Le dio a Dios sus letras, su literatura, sus clásicos, sin embargo, los tuvo porque San Bernardo es un estilista. No s un latín vulgar. Sus obras iluminaron a la Edad Media y siguen todavía. Hay una edición en latín de los años 50. Sus disputas filosóficas con Abelardo. Hoy leía un fragmento en el breviario de los sermones del santo comentando el Cantar. ¡Qué belleza! El gran San Bernardo usó luego su sabiduría para Dios y destruyó a los Abelardo de Europa. Él fue el que revolucionó a toda Europa. Tenemos que conseguir esto de nuestros pequeños. Tenemos que ilusionar a nuestros niños con la pesca, con el cine, con la literatura. Cuenta una historia sobre Miguel Angel y la pesca: ¿Tú has pescado alguna vez? La importancia de hacer las cosas pequeñas de un modo perfecto. Estos niños serán futuros grandes hombres. Los niños aburridos de ahora. La formación de la sensibilidad. Necesidad de gente con un corazón muy grande para hacer apostolado.