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Homily

Homily del 15 de febrero de 1981

Charla ID:

1981.02.15.H

Título:

El amor a Dios y a nuestros hermanos

Duración:

0:07:01

Temas:

Palabras Clave:

Fecha Litúrgica:

Domingo 6º del Tiempo Ordinario (A)

Texto Bíblico:

Mt 5: 17-37

Comentario:

Breve homilía para el público sobre el amor a Dios y el amor a los hermanos. La importancia que tiene el amor a nuestros hermanos antes de expresarle a Dios nuestra ofrenda. No se puede dar el amor a Dios sin el amor a nuestros hermanos. Ejemplo de los dos elementos que constituyen el agua. Si falta uno, no hay agua. El amor a nuestros hermanos mana del amor de Dios. Los textos son muchos, especialmente de la carta del apóstol San Juan. El amor es lo más bonito que Dios ha creado. Dios es amor y toda la creación es una participación en su ser y en su esencia. El vino a darnos su amor. "Para que el amor con que me has amado..." Nos daría al Espíritu que procede del Padre y de Él. Si uno no entiende el amor, no habría entendido nada. Y acabaría en la esquizofrenia o en el absurdo. El muto amor entre Dios y el hombre es un decirse mutuamente. Es un producto de las dos personas. Dios nos da las arras de su amor. Y termino: para querer de verdad a nuestros hermanos, no hay más que un camino, querer de verdad a Dios. Y entonces nuestra vida es un testimonio del Amor verdadero.

Resumen:

El Padre explica la relación inseparable entre el amor a Dios y el amor al prójimo, comparándola con la molécula del agua donde tanto el hidrógeno como el oxígeno son igualmente esenciales. Enfatiza que no se puede amar a Dios sin amar al prójimo, ni viceversa, pues ambos amores están intrínsecamente unidos y se derivan uno del otro. Describe el amor como la creación más hermosa de Dios, explicando que toda la creación es una participación en el ser de Dios, quien es amor por esencia. Señala que Cristo vino a compartir el amor divino con la humanidad a través del Espíritu Santo, y que sin entender esta realidad del amor, la persona acaba en el vacío y la desesperación. Desarrolla la idea de que el amor entre Dios y el ser humano es un producto mutuo, algo que pertenece tanto a Dios como al hombre, aunque no lo comprendamos en toda su profundidad hasta que veamos a Dios cara a cara. Concluye afirmando que el único camino para amar verdaderamente al prójimo es amar primero a Dios, lo que lleva a una vida que testimonia el amor verdadero y anticipa la felicidad definitiva en la presencia divina.

Comentario Técnico:

Buena calidad de sonido

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