Para uso interno por el estilo de hablar del Padre. Es una homilía puro. El Padre empieza con la lectura del Evangelio del día. Se refiere a la meditación de la mañana diciendo que se nos puede escapar lo que había dicho en la meditación. Y es de mucha importancia para nosotros y para los demás. Jesucristo resucitado no puede ser abrazado mientras no se reciba en nosotros el Espíritu de Jesús. El amor se nos quedaría en algo irreal si no lo hacemos así. Y aquí está la cuestión batallona. Si no vivimos las virtudes fundamentales de la vida cristiana, ese amor no será real para nosotros. Se necesita esto. Puro: se trata de buscar los voluntarios para el Pedregal para limpiar y siempre son los mismos. Pedro Javier le informa. Mientras no vivamos las virtudes cristianas, no hay nada que rascar. No se puede progresar en la vida de oración. Todos tendemos a vivir de teoría. El infierno está lleno de buenos deseos. Obediencia verdadera y sacrificio verdadero. Dejamos las papeletas para que los demás lo resuelvan. Si al Padre se le cargan papeletas que no le corresponden, ya no puede hacer las papeletas que le correspondan. La caridad verdadera no se hace de palabras. "No el que diga Señor, Señor..." No adelantamos en la vida espiritual. "El que no recoge conmigo..." Hay que dejarse invadir del Espíritu de Cristo. Y la cosa es grave porque hay gente que dependerá de nosotros. Pero le daremos un Cristo irreal. "El que no ama no conoce a Dios..." Nos quedamos con la ley del mínimo esfuerzo. Es el problema de los niños de ahora. Los burros no se sienten tristes por ser burros. Esto le pasa a los niños de ahora. Todo se nos queda en palabras o en poesía. Si estuviéramos enamorados de Cristo, la ausencia de Cristo nos acarrearía la muerte. "Muero porque no muero..." Somos como los caracoles, a nuestro paso. Todo se quedó en teoría. ¡Qué pena que haya que buscar con lupa a los voluntarios para limpiar el Pedregal! No os digo esto para que os desaniméis. A mí me pasa, pero yo veo un camino por donde se que tengo que andar.