Para uso interno por el estilo de hablar del Padre. La voluntad de Dios es que participemos en su propia vida. El amor es reciprocidad. Y tiene una doble vertiente: a Dios y a nuestros hermanos. Se consigue esto con la identificación con Cristo. Esto es más que tener a Cristo como un modelo, sino que es una transformación. El momento culmen de la vida de Cristo es su pasión y su muerte. La victoria definitiva de Cristo sobre el pecado se consuma en la cruz. Por lo tanto hemos sido llamados a participar en la pasión de Cristo. Y esto explica las dificultades que sufrimos en la vida. Aquéllos de nosotros que no entienden esto, se marchan. Comenta que ha hablado con Pedro haciendo un repaso de todas las dificultades que él ha tenido. Comenta las dificultades que tuvo en Ecuador. Y muchas cosas que no se pueden contar. La obediencia que Dios os va a pedir va a ser a muerte. Si uno se pasa en La Manga todo el verano es lógico que se marche de lo nuestro (acaba de marcharse Juan Serrano). No importa que nos quedemos pocos, pero que seamos buenos. Si tenemos algo esencial en nuestra espiritualidad es la participación en la pasión de Cristo. Lo peor en nuestra vida es el vacío, el aburrimiento. La tristeza de no ser santos. Nos vamos a quedar cuatro gatos. Es cuestión de días que se vayan los que no quieren ser obedientes.