Para uso interno por el estilo de hablar del Padre. El Padre habla de lo que se esperaba este verano. Comenta que confía que el apostolado de chicos en Madrid va a ir muy bien. Comenta que ya ha empezado el apostolado con chicas. El Señor ha suscitado un grupo de chicos en Madrid. La marcha de algunos a Pamplona, con algunas chicas en Pamplona. La vuelta a Burgos. Y un año que espera que en el piso de Murcia se presente muy interesante. Confía en que el padre Paulino esté más animoso en América. Comenta que ha recibido una carta de un chico de América que Manolo y Raniero han leído y que Paulino no confiaba en él. Lo importante es que los que están en el centro, los de Murcia, seamos muy fieles al Señor. La clave está en la pobreza espiritual. El Padre pone toda la carne en el asador cuando hace algo. Ejemplo: su trabajo en el confesionario. Nuestra vida es el Señor. Le pide a Handy que salga a callar al perro. Incompatibilidad de vivir la vida con Jesús y estar al mismo tiempo en las playas de verano. Hay que plantearse este problema. No se puede guardar la pureza en la playa. Menciona a un niño pequeño de la Isla, Javier, que quiere venir al grupo. Otro ejemplo: el estudio para los mayores. Se acabaron los suspensos. El Padre esperaba que el Pedregal iba a ir bien este verano, pero lo que ha ido bien ha sido la Isla. Luego habla de su esperanza en Paco Andreo. También los de Burgos. También los que se van a Pamplona, a una residencia de la Obra. Tienen que hacer apostolado, respetando a las personas, pero sin miedo. Habla de una chica de Madrid que quería renunciar a la Obra y el Padre le dijo que se hiciera de la obra. Ejemplo de Octavio cuando lo conoció. Menciona la reconvención a Carlos Prats por su excesivo celo apostólico en Burgos. Palabras fuertes para los que se van a Pamplona. Si fallan, es porque son canijos. Recuerdos del Padre de una conversación con un cura joven de la Obra en Madrid. No tener complejo de inferioridad. La ilusión que tiene una chica de las nuestras al irse a Pamplona.