La primera meditación colectiva en el Pedregal. Hace referencia a la homilía dada por la mañana, mencionando que es la primera homilía en el Pedregal. Hace falta hombres locos por Dios, de un gran corazón. Menciona la homilía de ayer por la tarde. El que ama a Dios no pasa factura a Dios ni pide recompensas. El Padre recuerda de haber hablado con uno de nosotros y que se quejaba de que Dios no le hablaba. Si soportamos el día del peso y del calor, no hay que exigir de Dios nada. Ante un mundo materialista, nuestra fuerza será no tener nada material. El Padre se despedía de uno de sus hijos que más quiere que cuide al ganado que Dios le ha encomendado y que esos hijos pertenecen a Dios. San Pedro hablaba de dos cosas, de haberle dado todo al Señor y de haberlo seguido. Referencia a una homilía del leproso que el Padre dio hace unos días. A la hora de la verdad quien se queda solo con los pobres es el Señor. No nos quejemos de lo mal que está el mundo pues si fuéramos santos... El coro de lamentaciones sirve para ocultar mi cobardía. Dios te puso en este momento de la historia porque sabe que puedes hacer algo por la gente. La gente necesita ver que estás enamorado de Dios. Menciona que Antonio Angel le comentaba el miedo que hay con la entrada de los socialistas. La sonrisa de la Virgen del Pedregal lo puede todo.