El Padre reflexiona sobre el evangelio del domingo, que narra cómo Jesús curó a un sordomudo. Destaca cómo este milagro muestra la doble naturaleza de Cristo como verdadero Dios y verdadero hombre. Explica que Jesús realizó acciones muy humanas al curar al sordomudo para mostrarse cercano a nosotros. El Padre enfatiza que Jesús experimentó sentimientos y necesidades humanas como cansancio, hambre, tristeza y tentaciones, lo cual lo hace muy cercano a nuestra experiencia. Al mismo tiempo, realizó milagros que revelan su divinidad. Esta unión perfecta entre lo divino y lo humano en Cristo ha sido difícil de aceptar para muchos a lo largo de la historia, tanto para quienes negaban su humanidad como para quienes hoy niegan su divinidad. El sermón subraya que Jesús quiso hacerse uno de nosotros por amor, para estar cerca y comprender nuestros sufrimientos. Nos invita a ver a Cristo como amigo y a confiar plenamente en él, sabiendo que comprende nuestras debilidades porque las experimentó. Concluye pidiendo que el Espíritu Santo nos ayude a entender mejor este misterio de Cristo verdadero Dios y verdadero hombre.