Para uso interno por el estilo de hablar del Padre. Esta exhortación va dirigida a los sacerdotes nuestros que están fuera y también a nuestros futuros sacerdotes y a los universitarios. A todos los que forman nuestra familia espiritual. Y lo voy a hacer en el día del Cura de Ars. El Padre soñaba con ser un curita de pueblo. Pero Dios te da lo contrario de lo que pides. Me mandaron a San Andrés y allí nació nuestra familia. Os hablo movido por algunas preocupaciones que tengo. Unas somos nosotros. Otra es la situación extremadamente grave de la Iglesia. Esta segunda nos tiene que hacer responsables de lo que debemos hacer en el futuro. Veía una foto del Papa con una cantidad de sombreros, incluido un tricornio de la guardia civil. Y veía esto con tristeza. Relato del caso de Noe con sus hijos cuando se emborrachó. Unos hijos no lo respetaron y otros sí lo respetaron, pero reconocieron el fallo de su padre. Esta segunda actitud es la nuestra para con la crisis de la Iglesia. También vio el congreso del otro día con tantos monaguillos y monaguillas y el Papa. La mujer en la Iglesia se calla. Su papel es otro. Ante este tipo de situaciones os exhorto a que os responsabilicéis. He querido hacer cambios, pero no se han podido hacer. El hecho de que Faustino no se haya podido ir a Chile es para mí un dolor. El Padre Lope le dijo que no podía salir Faustino de Madison porque lo necesita. Pero si Faustino no sale, Juan Andrés no puede salir de Chile, cuando el Padre había pensado que se viniera a España para formar a los teólogos. Si no nos tomamos en serio el camino sacerdotal, dejamos un bien tremendo de hacer. Y todo por la falta de responsabilidad de unos señores que se toman a la ligera su sacerdocio. Quiero decir dos cosas: en nuestras comunidades hay un representante, y todos deben mirar a estos representantes, como si fuera yo. Debemos tratar al jefe como al Padre. No debemos tratar a los representantes de distinta forma a como al Padre. Nosotros tenemos una obediencia de tipo amoroso. Obediencia al representante. Veo una ruptura generacional. Si no conseguimos que los nuevos jóvenes formen un solo cuerpo con los veteranos, estamos perdidos. Yo tengo que tener la misma confianza que tengo con los veteranos, con los jóvenes. Si no sucede esto, nuestra familia espiritual desaparecerá. Y después de tantos años y sufrimientos... Tenéis que comprender la importancia del momento. Un sacerdote solo debe aspirar a la santidad. No puede estar vacilante. El Pastor de Hermas dice que el demonio engaña a los vacilantes, pero nunca a los fieles. No son momentos para andar pensándoselo. Tenéis que madurar. El secreto es enamorarse de Jesucristo. Si no siente esto en su corazón, que lo busque en la oración y en la práctica de las virtudes. El sacerdote debe saber escuchar. El Padre pone como ejemplo su comunicación entre Pedro Javier y él. Hay que hablar, pero al final decide el superior. Pero es necesario humildad y obediencia. El Padre ha sido perseguido por muchos años. Pero jamás ha desobedecido a un obispo. Hay que evitar la ruptura generacional. La importancia de la oración en la vida del sacerdote. Es el momento del trato íntimo con el Señor. Menciona el sufrimiento de Alex con su enfermedad. Cuando el Padre no puede ir a la capilla, siente un dolor por no poder ir. Y luego la Santa Misa. Cuando ve celebrar la misa a nuestros sacerdotes, y ve que hacen mal las rúbricas, le da pena. Podemos correr el peligro de no vivir la santa misa. Nuestra vida de mediocridad. Diferencia entre misa y teatro. Vivimos la muerte de Cristo in actu. Vamos a vivir sin conocer y saborear la perfecta alegría. El hombre ha sido creado para amar y para ser amado. No os digo estas cosas en plan de puro. Solo quería compartir mis preocupaciones. El Cura de Ars nos tiene que dar la gracia del sentido de la responsabilidad. Con la gracia de Dios se superará. También quería deciros que le debemos a Carmen Alegría. Y ella murió en el día de san José. Sus últimos años tuvo su conducta irregular pero porque estaba enferma. Pero yo soy testigo de la santidad de esta mujer. La he visto a las 11 de la noche en San Andrés, quedarse la noche entera en oración. Y así una noche y otra, después de un día de trabajo. El Padre cuenta que alguna vez se quedaba rezando también y pudo comprobar como el demonio se enfadaba con la oración de esta mujer, y cosas que no os puedo contar. Os pido que todos los años se haga una misa solemne por ella en todos nuestros sitios, el día 20 de marzo, al día siguiente de San José. Y clase dos. Con credo y gloria. Y que le demos el título con justica de co-fundadora.