La más grande solemnidad de todo el año. Es el misterio central de nuestra fe. Cristo venció a la muerte. Si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe. ¿Qué hubiera sido de nuestra vida si no estuviera a nuestro lado? Sin él, ¿a dónde iríamos? A lo largo de nuestra vida vemos que parece que los malos son los que triunfan y la maldad la que va siempre en cabeza. Muchos son los que se burlan de las leyes divinas. Pero estos tales deberán comparecer ante el juicio divino. La muerte es la consumación de la vida terrena. Los cristianos no tememos a la muerte. "Para mí la vida es Cristo y la muerte ganancia". La muerte posee la promesa de la Resurrección. "Yo tengo poder para entregar mi vida y poder para darla de nuevo". Lo hizo por amor. Los hombres viven siempre ante el temor de la muerte. Lo dice la carta a los Hebreos. La muerte fue el castigo máximo por el pecado. Pero gracias a Jesús es vida y resurrección. "Fuimos bautizados para participar en su muerte". Este es el penúltimo acto de su existencia, porque a través de ella participaremos en su resurrección. "¿Dónde está oh muerte..." La Escritura llama a la muerte corporal una dormición, un sueño maravilloso. Narración del milagro de la hija de Jairo. Narración del pasaje de la muerte y resurrección de Lázaro. "Yo soy la Resurrección y la Vida". ¿Tú crees eso? Jesucristo murió por nuestros pecados. Su muerte nos dio la gracia para participar de esa muerte. Debíamos participar de su muerte para participar en su resurrección. Yo les diría a tantos enfermos terminales, que la muerte es una dormición, una transición a la verdadera Vida. "Quisiera estar con Cristo, que es mucho mejor". "La muerte de los justos es preciosa ante los ojos de Dios". "Si morimos, para el Señor morimos". La muerte de San Juan de la Cruz. "A las aves ligeras..." La muerte es la coronación de una vida. Somos parte de una Iglesia itinerante. "He luchado un buen combate..." "Quédeme y olvídame..." La victoria de Jesucristo sobre la muerte. El triunfo de la verdad sobre la mentira.