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Homilía

Homilía del 4 de noviembre de 2007

Charla ID:

2007.11.04.H

Título:

La cercanía a Cristo y la participación del cristiano en su muerte

Duración:

0:28:12

Temas:

Palabras Clave:

Fecha Litúrgica:

Texto Bíblico:

Mt 9: 18-26

Comentario:

El Padre empieza hablando de haber estado enfermo y no haber podido predicarles a los chicos nuestros. El Padre luego habla del evangelio y pide que este evangelio se contraste con la misma narración de los otros sinópticos. Dice que el evangelio tiene dos partes. Una la de la mujer que toca el manto de Jesús. Las mujeres están más repletas de sentimientos que nosotros. Y tienen más fe que nosotros. La falta de fe en nuestro corazón. Nos pasamos la vida luchando con nuestros defectos y el demonio nos hace creer que no tenemos remedios. Nosotros estamos en contacto con el Señor constantemente, en la Sagrada Eucaristía. Tenemos al Señor en el Sagrario. Comenta que ayer hizo la oración con Cristo en la custodia. Recuerdos de cuando era pequeño y veía a Cristo en la Custodia. ¡Si tuviéramos más fe y más cariño...! Dice el Padre que de pequeño se emocionaba viendo a Jesús en la Custodia. Recuerdos de las procesiones del Corpus, y cómo su padre le llevaba a esa procesión. Recuerdos del Padre cuando entró en la capilla del Colegio Mayor donde estuvo el Padre: "Magister adest..." Y le dijo a Lope que lo pusiera en la capilla de Meadwater. Al Padre le impactaba las dos partes de esta sentencia, tanto la de "Magister adest" como la de "vocat te". Si tuviéramos fe, nuestros defectos no nos durarían mucho. Una fe en la eucaristía como la de San Pascual Bailón. "Yo estaré con vosotros hasta la consumación de los siglos". El Padre luego habla del segundo episodio, de la muerte de la hija de Jairo. Explica lo que eran las plañideras. El hombre no sabe reaccionar ante la muerte y todo es bullicio, llanto y movimiento de gente. La muerte es la consumación de la madurez en Cristo. Nos tenemos que identificar también en la muerte de Cristo. La muerte ahora tiene un carácter glorioso: "Gloriosa ante los ojos de Dios..." La muerte de Cristo es el acto de amor más grande de toda la historia de la humanidad. San Pablo en la 2 Cor dice que uno murió por todos, para que todo muramos en él. "El amor de Cristo nos urge..." La misa es la misma muerte de Cristo. No es una representación sino la misma muerte. Y eso es así para que volvamos a unirnos con El. Y de aquí la importancia de la Misa de San Pio V. La tragedia de los cristianos del último siglo al robarla la idea de que la misa es la participación en la muerte de Cristo. Lo han hecho durante cuarenta años. Ahora se le hace creer que participar es cantar, repartir la eucaristía, etc., actos puramente externos. Y por eso la gente comulga en pecado mortal. Y se olvida la referencia a la muerte de Cristo. "Si el grano de trigo no cae en la tierra..." Tenemos que morir con él. "Ninguno de nosotros vive para sí..." "Hemos sido injertados en la muerte de Cristo..." Esta idea le ha sido robada a los cristianos de hoy día. Por eso el Señor habla de la muerte corporal como un sueño, tomada en todos los sentidos. Es la puerta que nos abre a la felicidad eterna. Termina hablando de la distinción entre la misa de Pablo VI y la de S. Pio V, siendo las dos válidas.

Resumen:

El Padre comienza explicando sus recientes ausencias debido a achaques de la vejez y preocupaciones propias de su cargo. Posteriormente, analiza el texto evangélico del día, que narra dos episodios importantes: la curación de la mujer hemorroísa y la resurrección de la hija de Jairo. El sermón se centra principalmente en dos temas. Primero, reflexiona sobre la fe extraordinaria de la mujer hemorroísa, quien creyó que solo tocando el manto de Jesús sanaría, comparándola con nuestra propia relación con la Eucaristía. El Padre lamenta que, a pesar de tener contacto diario con Cristo en la Eucaristía, muchas veces no experimentamos una transformación profunda debido a nuestra falta de fe y amor verdadero. El segundo tema principal es la muerte cristiana, analizada a través del episodio de la hija de Jairo. El Padre explica cómo la muerte, que era vista como algo terrible, se transformó mediante Cristo en algo glorioso para los cristianos. Critica cómo en los últimos 40 años se ha perdido la verdadera comprensión de la Misa como participación en la muerte de Cristo, reduciéndola a aspectos externos y folclóricos. Concluye enfatizando la importancia de la Misa tradicional de San Pío V, que según él refleja mejor la profundidad del misterio de la muerte y resurrección de Cristo, aunque reconoce la validez de la Misa de Pablo VI como rito ordinario de la Iglesia.

Comentario Técnico:

Buena calidad de sonido

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