El Padre reflexiona sobre el milagro de Jesús al curar a un sordomudo, destacando la admiración que generó entre la gente. Utiliza este ejemplo para enfatizar la importancia de hacer las cosas bien en nuestra vida diaria, reconociendo la dificultad de lograrlo constantemente. Explica que solo el amor a Jesús y tomarlo como modelo puede hacer posible esta tarea. El Padre describe los desafíos cotidianos para hacer todo bien, desde el momento de despertar hasta acostarse, mencionando las múltiples oportunidades de cometer errores o faltas de amor. Subraya que, aunque hacemos muchas cosas bien, también cometemos errores, citando la Biblia que dice que incluso el justo peca siete veces al día. Enfatiza la importancia de esforzarse por mejorar continuamente, reduciendo nuestros errores y aumentando nuestras buenas acciones con el tiempo. Anima a los oyentes a aspirar a una vida de integridad, honestidad y amor al prójimo, trabajando no solo por interés propio sino por amor a Dios y a los demás. El Padre concluye recordando que Dios nos creó con un propósito, para ser santos y amarlo con todo nuestro corazón. Nos insta a tomar a Jesús como modelo, imitarlo y amarlo, recordando que fuimos creados para ser amados por Dios y para amarlo a Él, con el fin último de ser eternamente felices en su presencia.