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Homilía

Homilía del 27 de junio de 1986

Charla ID:

1986.06.27.H

Título:

Curación del leproso

Duración:

13:00

Temas:

Palabras Clave:

Fecha Litúrgica:

Viernes de la 12ª Semana del Tiempo Ordinario (II)

Texto Bíblico:

Mt 8: 1-4

Comentario:

Actitud del leproso mucho más seria de lo que parece a primera vista. Al decir de esa manera "Si quieres, puedes limpiarme", está diciendo que lo que realmente importa y vale es que Tú podrías limpiarme. Lo importante es tu Grandeza, Benignidad, Magnanimidad, Belleza y Omnipotencia. Nuestra miseria y la grandeza de Dios. Y lo que importa es verdaderamente esto. Nosotros habríamoss pedido al Señor que nos cure, estamos mucho más preocupados de nuestra miseria que de la grandeza de Dios y la perdemos de vista. Tenemos más patente a nuestros ojos que la grandeza de Dios. Ese es el error. Lo que admira de este hombre es precisamente que fuera a ver al Señor con tanta grandeza de espíritu. Además, admira también que la miseria más grande, puede ser grandiosa. O que Dios puede hacer grandiosa la miseria y la poquedad. Habría que comprender lo de San Pablo: No me gloriaré en otra cosa que en mis propias debilidades. Dios puede levantar del estiércol a los pobres, como dice el Salmo.

Resumen:

El Padre analiza en profundidad el episodio del leproso en el Evangelio de San Mateo, destacando la extraordinaria actitud del enfermo. Más allá de una simple oración humilde y confiada, el leproso demuestra una fe profunda al afirmar "Señor, si quieres, puedes limpiarme". Esta declaración revela una comprensión excepcional de la grandeza y bondad de Dios, poniendo en primer plano el poder divino por encima de su propia miseria. El Padre contrasta esta actitud con la tendencia humana de preocuparse más por la propia miseria que por la grandeza de Dios, lo que puede llevar a la desconfianza en la capacidad o voluntad divina de sanar. Destaca cómo el leproso, a pesar de su condición miserable, demuestra una grandeza espiritual admirable al reconocer la magnificencia de Dios. Además, el Padre reflexiona sobre cómo Dios puede transformar la mayor miseria en grandeza, citando a San Pablo y su glorificación en las propias debilidades. Enfatiza que Dios puede hacer santos a través de la experiencia de la propia miseria y pequeñez. Finalmente, el Padre exhorta a no perder de vista la grandeza y bondad de Dios ante los propios pecados y debilidades, instando a aprender e incorporar esta lección en la vida diaria con la gracia divina.

Comentario Técnico:

Buena calidad de sonido

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