Homilía
Homilía del 27 de marzo de 1986
Charla ID:
1986.03.27.H
Título:
El sacerdote, dispensador de los misterios de Dios
Duración:
0:30:37
Temas:
Palabras Clave:
Fecha Litúrgica:
Jueves de Semana Santa
Texto Bíblico:
Juan 13:1-15
Comentario:
El Padre habla de la belleza de esta fiesta porque es un día de exageraciones, recordando los viejos tiempos con Carmen Alegría. Recuerdos del Padre de su trabajo en los tiempos antiguos. Es una noche de exageraciones para creer en el sacramento de la Eucaristía, del Sacerdocio, del mandamiento nuevo. Vivid la exageración del Evangelio. El sacerdote es el hombre de Dios. Lo pensaba en una película: El Padre Timothy de la parroquia vecina se sube a un rascacielos para que dos chiflados no se suiciden. Pero hablaba desde un punto de vista sociológico. Para ser sacerdotes no hay que hacer cosas raras. Hay que vivir los valores religiosos, sobrenaturales. Cristo no vino a este mundo para darnos una promoción de tipo humano. Vino para devolvernos a Dios. Lo esencial del sacerdocio: la fe, la oración, la participación en la cruz. Los soldados cansados son los que ganan las guerras. Hay que dejar que entre la exageración en nuestras vidas. Y así la gente nos buscaría. Añoro los años de escasez y pobreza, porque fueron los años de mayor conversión. Obediencia y fidelidad a la Iglesia. Fidelidad, obediencia y sumisión a la Iglesia. Hoy es el día de la promulgación del mandamiento nuevo. Necesitamos vivir el verdadero amor. Y es también el día del sacramento de la Eucaristía. Que la misa no sea un acto sociológico o fraternidad humana. Misa como sacrificio y misa como banquete. No celebréis la misa sino es con temor y temblor. El Padre habla sobre la concelebración de la misa: aprueba la concelebración, pero añora esa misa que le hace temblar de santo temor. Debemos ser hombres de Dios. A la Iglesia no la arreglan sino los santos, que es la auténtica aristocracia de la Iglesia. La componen los cansados, los fatigados, los que creen en lo divino. No tienen historia, no son importantes. Así fue la Virgen María y Jesucristo. La carrera pública del Señor acabó malamente. La iglesia no es una fundación de beneficencia. Es el Cuerpo Místico de Cristo. Debemos ser ministros de Cristos y dispensadores de los misterios de Dios. Debemos cambiar el corazón de los hombres. La iglesia de hoy tiene mucho que lamentar hoy. Que hoy sea una nueva vida. Preludio de una vida muy bonita. Profundamente sacerdotal. Debemos llevar esta misión con profunda alegría.
Resumen:
Resumen
Comentario Técnico:
Buena calidad de sonido