El Padre habla del evangelio y luego pasa a hablar del inicio del verano en el Pedregal. El Padre comenta el evangelio diciendo que es muy importante el hablar con sinceridad y con sencillez. La palabra y la comunicación debe ser sincera sin necesidad de buscar apoyo o juramentos. Poquísimas son las personas que hablan con sencillez. La mentira es privilegio de los cobardes. Pero lo peor es echarse mentiras a uno mismo. No nos gusta ser embusteros, pero no ponemos cuidado en no engañarnos a nosotros mismos. Son muy pocos los que no se engañen a sí mismos. Y luego a lo largo del día nos echamos mentiras y disfrazamos nuestras verdaderas intenciones. A las cosas hay que llamarlas por su nombre. No hablar por interés o por cobardía. El hablar con sencillez y sin adornos es un privilegio de muy pocas personas. Es privilegio de los Santos. El que no peca con su palabra es el varón perfecto. Luego el Padre empieza a hablar de la etapa veraniega. Sobre todo aprovechad el verano para estudiar. Tenemos un maravilloso material. La importancia de estar en la tertulia por la noche todos juntos. El Padre habla del grupo "Acequia". Y sobre todo procurando el bien de los hermanos.