Para uso interno por el estilo de hablar del Padre. El primer encuentro del Señor de San Juan, se quedó grabado en su corazón. Al Padre le ha llamado la atención siempre la acción de San Juan Bautista señalando al Cordero de Dios. Sabe que él no es el Mesías, el que ha de venir. El Bautista amaría a sus discípulos, pero sabía que ellos deberían seguir al Maestro. Esto lo debemos de tener en cuenta los mayores. La ayuda y el cariño del Padre y de vuestros hermanos mayores, son importantísimos. Sin ellos no podréis funcionar. Pero es una ayuda. La tarea nuestra es la de señalar el camino. El Bautista sentiría el corazón desgarrado, pero también grandemente feliz. Él es el alfa y la omega. Las ayudas que Él pone en nuestro camino, como el Padre, o nuestros hermanos mayores, son para llevarnos al Señor. Se necesita la virtud de la pobreza. La única cosa que nos hace tilín a los mayores y al Padre somos nosotros. Debemos admirar la figura de San Juan Bautista. Si queremos amar a nuestros hijos, los debemos poner en el corazón del Señor.