Para uso interno por el estilo de hablar del Padre. El Padre comenta sobre la necesidad de la vigilancia porque nuestro corazón es débil. Nuestro corazón se puede embotar por el vicio. Nos impide contemplar la belleza, la bondad y el ser. Nos damos cuenta de nuestra debilidad y de las veces que caemos en el desaliento. Las fuerzas nos tienen que venir del Señor, solo El nos lo puede dar. A través de la oración, estaremos vigilantes. Vosotros tenéis un corazón bueno, pero lleva consigo una gran lucha. Cada día es un día nuevo para empezar. San Pablo, hablando de la obediencia de Jesús, decía que Cristo creció aprendiendo en la obediencia y en la santidad y ejercitando en las virtudes. "Y el aprendió mediante sus padecimientos la obediencia". El amor es bilateral, no unilateral. Nunca es cosa de uno. "Siervo bueno y fiel, has sido..."