Explicación puramente histórica de la destrucción de Jerusalén por los romanos en el año 70. Le explica a los niños lo dura que fue esta destrucción, que en este texto profetiza el Señor. Todo por no haber querido escuchar la predicación de Jesús. No es para el público, pero más que nada por no abordar ningún tema espiritual. De los textos evangélicos en los cuales el Señor anuncia la destrucción de Jerusalem, que era una gran ciudad, con el Templo de Salomón, el de hoy expresa las lágrimas del Señor sobre la ciudad y su destrucción. La destrucción ocurrió en el año 70. Los romanos enviaron al general Vespasiano que puso cerco a Jerusalén. Flavio Josefo cuenta esta destrucción y cosas tremendas de esta guerra. Cuenta Flavio que una madre estaba comiendo a su hijo pequeño. Algunos intentaron escapar con sus tesoros y para que los romanos no les quitaran las monedas, se tragaron las monedas. Y los romanos les abrieron la barriga. Vespasiano dejó al mando de las legiones a su hijo Tito que terminó de tomar la ciudad. Arrasaron con todo. El templo fue destruido a pesar de que Tito dio órdenes de que no se destruyera. Fueron pasados a cuchillo la mayoría de ellos. Y el resto fue llevado a Roma para pasar por el Arco del Triunfo de Tito. Todo por no haber querido reconocer a Jesús como Mesías. Le dieron muerte. Y esta muerte también fue ocasionada por nuestros pecados y maldades. Pagó por nuestros pecados. Aprendamos de todo esto y pidámosle que nunca rechacemos a Jesús como verdadero Dios y como verdadero Hombre. El Señor hizo otras profecías sobre su Segunda Venida. Estas profecías aún no están cumplidas, pero la profecía de la destrucción de Jerusalén se cumplió en el año 70 de nuestra era.