El Padre sigue con el comentario de sus folias al Cantar. Hemos de practicar la búsqueda larga y deseo profundo de seguir al Señor por el camino difícil. Si no tenemos el corazón bien firme, vendrá una tentación y caeremos. "He combatido un buen combate..." Sin sufrimiento no hay victoria. "¿Dónde está oh muerte tu victoria?" La vejez nos coloca a las puertas de una juventud que ya es para siempre. El Padre habla de la necesidad de ser constantes en la oración a pesar de las dificultades en la oración. El Padre habla también del gozo de haber recorrido el camino para luego decirle a la gente la belleza de seguir caminando al Señor. Son cosas que no se pueden enseñar sólo con teoría, sino con la experiencia. Cuando nosotros seamos mayores, podremos conducir a nuestros hijos. Una virtud de la castidad que no esté probada a base de superar las tentaciones no tiene sentido. Las tentaciones son necesarias padecerlas. El sacerdote es un reflejo de esto. Sufre tentaciones para luego animar a la gente a superar las tentaciones. Menciona a Carlos. ¡Qué bonita ha de ser nuestra muerte después de una larga lucha! "Siervo bueno y fiel, entra en el gozo de tu Señor". Menciona a Raúl. El Padre se pone a hablar de poesía a propósito de "Custos, ¿quid de nocte?"