El Padre lee las folias del Cantar de los Cantares. A Dios le buscamos a través de Jesús, y conocemos a Jesús a través del Espíritu. El Espíritu nos hace enamorarnos de Jesús. El Espíritu es el que produce en nosotros las ansias de buscar al Señor. Lee el texto Apocalipsis 22: 17. Alfonso lee los textos del N.T. Lee también Rom 8: 16. Si nos dejamos conducir por el Espíritu del Señor nos presta su voz y sus ansias para seguir al Señor. Cuando falta esa ansia en nosotros y no se hace drama, podemos estar seguros de que el Espíritu del Señor no está en nosotros. Analiza luego Jn 4:14 y 37-39. Se llama a los sedientos. Jn 3: 34. Se trata de una gran cena. Al amor total y exagerado no se puede responder sino exageradamente.