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Meditación

Meditación del 20 de agosto de 1982

Charla ID:

1982.08.20.M

Título:

La "timidez" de Dios y la locura del amor

Duración:

0:28:14

Temas:

Palabras Clave:

Fecha Litúrgica:

San Bernardo

Texto Bíblico:

Comentario:

Para uso privado por el estilo de hablar del Padre. Uno de los más grandes místicos de la Iglesia. Día para revisar nuestra vida. Importante leer sus obras y leer los comentarios sobre él como el de Gilson, La Teología Mística.. y también una biografía que compró el Padre hace poco. Un día para huir de la actitud de "cordura". Volver a la locura. A Jesucristo lo tomaron por un loco. Decían que había hecho pacto con el diablo. La locura es salir fuera de sí. Y esto es el amor: entregarse y darse. "Bienaventurados los pobres..." "El grano de trigo que cae en la tierra..." Esto es la locura. El egoísta es el que está ensimismado. El amor es ternura, es acercamiento. ¿Cómo se puede amar a Dios sin ese acercamiento y sin esa ternura y sin este diálogo? "El amigo del esposo se alegra..." "Déjame ver tu rostro, déjame oír tu voz..." ¿Cómo hacer realidad esto en nuestras vidas? "Si alguno me ama, yo le amaré y me manifestaré a él" No se hace manifiesto porque para poder llenar, El, nuestra alma, la tenemos que vaciar de cosas. El amor es salir de sí hacia el otro. Si estamos ensimismados, El no puede llenar nuestra vida. Y por otro lado, en el trato con Dios y concretamente en la oración, este besarse mutuamente, etc., es imposible si no damos paso a la timidez de Dios. Dios es muy tímido, se declara a su Amada cuando pasa tiempo. No puede decirnos lo que siente por nosotros, porque no estamos preparado para ellos. Somos muy groseros nosotros que no estamos preparados para eso. El perro nuestro, el Duque, no entendería una expresión de amor. Debemos dejar nuestra cordura y nuestro modo de ser brutos. Debemos dejar que San Bernardo nos lleve de la mano a todo esto. Las notas esenciales del amor divino humano también se dan en el amor humano. El demonio logra engañarnos a base de exagerar nuestra pequeñez y mediocridad. Y entonces nos impide ver el amor de Dios. Nos impide creer en el amor de Dios. El amor es confianza y Dios me ama como soy. Dios nos ama por nuestra pequeñez. Nos ama desde antes de haber nacido. Su amor es de intimidad. Pero no nos entra en la cabeza. No cometamos este error de pensar que, por nuestra pequeñez, Dios no nos ama. El amor es reciprocidad. El que se da besos a sí mismo es para meterlo en un manicomio. Cuando seáis mayores e intentéis hablar de estas cosas a vuestros hijos, os daréis cuenta de que es imposible. San Bernardo, el gran amador de Dios.

Resumen:

Resumen

Comentario Técnico:

Buena calidad de sonido

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