El Padre habla sobre las señales y eventos que precederán la segunda venida de Jesús y el fin del mundo, según lo descrito en el Evangelio. Explica que habrá señales de tipo sociológico (guerras, epidemias), cósmico (terremotos, cataclismos) y moral/religioso. La señal más terrible será una gran pérdida de fe, con la Iglesia reducida a su mínima expresión y el surgimiento del Anticristo. A pesar de estas señales, la llegada del Señor sorprenderá a la mayoría debido al gran descreimiento y materialismo. Los fieles que permanezcan serán recompensados, mientras que los incrédulos lamentarán haberse alejado de Dios. El Padre reflexiona sobre si los tiempos actuales, con la crisis en la Iglesia y el creciente descreimiento, podrían indicar la proximidad de estos eventos. Concluye exhortando a los fieles a mantenerse leales a Jesús en medio de las dificultades y tentaciones, para poder superar la prueba del amor y la fidelidad. Advierte sobre el castigo para los infieles y pide a los creyentes que tengan un temor saludable y se acerquen al corazón de Dios.