El Padre no habla de la fiesta de Cristo Rey. El Padre empieza hablando de la oración en el seminario y qué difícil era hacerla por la multitud de inconvenientes. La oración hay que buscar el mejor momento. Luego uno va creciendo en años en la oración, pero como somos tan malos se aprende con mucha dificultad. Y entre las cosas que se aprende es que con media hora no hay para nada. Uno tiene que hacer la oración con libros por muchos años. Hay que luchar en la oración con muchas cosas. No hay que llevarse las folias de cómo se hace la oración a la oración. Comenta que acaba de aparecer la última folia de La Oración. Metodo de Santa Teresa. Pero lo que más enseña es nuestra vida. El parecido al Señor a pesar de nuestros pecados. Vivir la obediencia, la humildad. De la meditación a la contemplación va un mundo, un salto cualitativo y no cuantitativo. El Padre ponía el otro día un ejemplo para distinguir estos modos: Uno viene a hablar con el Padre y saca sus cuartillas para comentar cosas al Padre. O bien, uno entra a su despacho y mira a los ojos del Padre y no dicen nada. La oración es muy necesaria hoy día por el ambiente en el que vivimos. El Padre leía en los aceprensas la reforma del Código canónico sobre el matrimonio y dice que es una destrucción de la familia. Vivimos en una crisis muy grave. Sin oración, no subsistiréis. El Padre habla de sus últimas folias sobre el Cantar de los Cantares: el vino embriaga y es una descripción del amor. Se trata de perderlo todo. Parábola del tesoro y de la perla escondida. El amor recíproco en la Trinidad. La esposa se siente fuera de sí por la borrachera de cariño. No se debe al hecho de sentirse amada, sino de sentirse amado por su Esposo. Si no se tiene oración contemplativa, no se percibe esto. El amor es una cosa muy fina. "El era la Luz, vino a los suyos, pero los suyos no lo recibieron..." Crisis de las instituciones y de los grupos eclesiales. El amor es más fuerte que todo esto. "El amor que es el que mueve al Solo y a las estrellas". Si somos mediocres, os auguro que no se pasarán tantos años sin que alguna crisis interna nos comiera y desapareciéramos.