Para uso interno por el estilo de hablar del Padre. El Padre empieza a leer el pasaje de Rom 12: 1 y ss. Este texto lo comentamos hace unos días sobre el culto racional o espiritual en contraposición al culto externo de la antigua ley. En la antigua ley uno podía practicar la doble vida. "No os conforméis a este siglo..." "... somos un solo cuerpo en Cristo..." Que cada uno sienta y sea feliz en su papel. Teniendo esto bien claro todos somos felices. El desear un papel distinto es un estado patológico, es una enfermedad del alma. Dios nos ama más que nosotros mismos nos amamos. Y Dios es más listo que nosotros. Por estas dos razones, la situación que Dios nos coloca es la mejor. Yo que tengo más responsabilidades que tengo a veces me gustaría huir de las responsabilidades. Es absurdo. Cada uno estamos bien donde Dios nos pone. No es que la misión de cada uno sea más importante. Todas son importantes. Y desde el punto de vista de Dios son relativas. Es el grado de amor que se haya puesto en el cumplimiento de la propia misión. Me encuentro con personas que parecen tener esa vocación de mando y me viene a la idea de que es un estado patológico. Recordad lo que decíamos en la meditación: Bienaventurados los últimos. Los que más responsabilidades tienen deberían ser los últimos. "Yo no he venido a ser servido..." "...tenemos dones diferentes según la medida..." La sencillez. Dice el apóstol que a uno le fue dado el don de profecías, otro el de la enseñanza. Habla de tres dones: profecía, servicio o mandar, y el de enseñanza. Es distinto el ministerio de la enseñanza del ministerio del mando. Uno puede servir para enseñar, pero no para mandar. Se imagina a Marín o a Juan Andrés pero para enseñar. Otros saben mandar muy bien, pero la enseñanza no lo tienen. Somos pocos los que todo se nos da bien. Risas. Distinción entre oficio de enseñar y predicar. La virtud de la sencillez. Menciona a Pedro. Hay muchas cosas bonitas: "vuestra caridad sea sincera amándoos unos a otros con amor fraterno..." Chiste " pero los amigos están para servir el uno al otro..." La perseverancia. "Alegraos con los que se alegran..." Son frases lapidarias. Todo el cristianismo está en esta frase. "Me hice todo para todos..." No seáis prudentes a vuestros propios ojos. No seáis calculadores. No os toméis la justicia por vosotros mismos.