Meditación
Meditación del 27 de diciembre de 1980
Charla ID:
1980.12.26.M
Título:
Meditación sobre el Cantar de los Cantares VI
Duración:
0:38:17
Temas:
Palabras Clave:
Fecha Litúrgica:
Texto Bíblico:
Can 1:3
Comentario:
Aunque las demás meditaciones sobre el Cantar se han puesto para el público, quizá esta no sea conveniente ponerla para el público por las cosas personales de las que habla el Padre y porque se le nota un poco desanimado con nosotros. El amor recíproco entre Dios y nosotros que produce una alegría indescriptible. El ungüento es el Espíritu Santo. Lo que debemos transmitir a la gente no es simplemente una doctrina, no es una ideología. Es mucho más que una doctrina. Recuerdos del Padre cuando de joven le enseñaban el contenido del evangelio a base de tácticas y la desazón que sentía. El Cristianismo es dar a Jesucristo, dar a una Persona. Son unas relaciones de amor. Y todo lo que prediquemos a la gente que no sea amar a Jesucristo, será un puro fracaso. "Os he dicho estas cosas para que vuestra alegría sea completa". El estado nuestro debe ser de alegría completa. 1 Jn 1, "Al que..." Hemos sido hechos y llamados para el amor y para una vida intensa. La gran desgracia de los jóvenes de ahora es su falta de sensibilidad. La sensibilidad del Padre cuando ve una zarzuela. La falta de sensibilidad lleva al aburrimiento. El Padre se admira de ver en nosotros nuestra falta de sensibilidad. Hemos sido llamados a vivir la aventura de las Bienaventuranzas. Dar testimonio hasta morir. "Ninguno de vosotros vive para sí..." San Pablo no sabía hablar de otra cosa que de Jesucristo crucificado. ¡El mundo nos necesita! En el sermón de despedida decía el Señor que el Espíritu Santo no sabe hablar más que de Jesucristo. "Llego hasta mi el Amado antes que el sol naciera por el teso..." Comenta que ayer en la mesa estaban los sacerdotes gastando bromas y D. Juan decía que se sentía satisfecho que el Padre no predicara el día anterior porque así se parecía a San Francisco que rompió con el cesto de mimbre porque le gustaba mucho predicar. El Padre ve en sí mismo su indigencia pero sabe que tiene que hablar de Dios. Ayer se pasó el día muriendo de risa al admirarse de que no comprendamos que el mejor sermón es callarse. Pero estamos ciegos para ver eso. El mejor sermón es la misa. Da la impresión de que está un poco desanimado el Padre. Pero luego termina hablando de que le parece que no le queda mucho tiempo con nosotros y que a lo mejor no nos ha ensañado a amar a Jesucristo. Piensa que no ha sabido enseñarnos la alegría perfecta. Ojalá que nuestro espíritu no se desvirtúe.
Resumen:
Resumen
Comentario Técnico:
Buena calidad de sonido. Hay que quitar los primeros segundos si se publica.