Para uso interno por el estilo de hablar del Padre. Puro del Padre. Nosotros nos podemos ver reflejados en estos diez leprosos. Pertenecemos a los nueve que no regresaron o al que regresó. Seguir al Señor desde lejos supone caer en el peligro de abandonar. ¿Cuán cerca estamos de Dios? Hay que ver esto en nuestros actos diarios. Los pequeños detalles son los que cuentan. Al Padre le llama la atención el descuido, el despiste, el hacer las cosas a la ligera. El que no es obediente en los detalles pequeños no será obediente en los detalles grandes. Le preocupa al Padre mucho el problema de la obediencia. A propósito de un suceso del otro día cuando dijo que todavía no habíais aprendido a comer al estilo murciano, el Padre comentaba lo que le ocurrió lo que le sucedió cuando llegó a Ecuador por primera vez y se adaptó inmediatamente a la comida de allí. Es falta de mortificación. Y falta de la virtud de caridad. Otro ejemplo, la jaula del pájaro con el alpiste mojado por culpa del depósito del agua. Palo a los ecuatorianos. Menciona a Raniero que no sabe comer. Tampoco los que viven en Murcia. Mención a lo que pasó con los membrillos asados. Menciona a Parra que le va a dar la razón. Todo es falta de amor. Seguimos al Señor pero de lejos. Estamos en un momento muy difícil. Esto de los detalles pequeños se puede trasladar a la oración. Todos los hermanos que nos abandonaron después de haber recibido tanto del Señor es problema de desagradecimiento.